Israel planea aumentar el número de pruebas para el nuevo coronavirus que puede realizar todos los días, cuadruplicando los controles, dijo el miércoles el Director General del Ministerio de Salud, Moshe Bar Siman-Tov.
El número de pruebas para el virus está planeado para pasar de 400 a 1.600 al día, dijo al Canal 12.
Según la estación, cuatro grandes hospitales, el Hospital Ichilov en Tel Aviv, el Centro Médico Soroka en Beer Sheba, el Centro Médico Beilenson en Petah Tikvah, y el Hospital Poriya en el norte, han examinado en las últimas semanas a las personas por síntomas de COVID-19, pero no por la enfermedad en sí, ya que los pacientes no informaron que habían regresado del extranjero, según el Canal 12.
Además, el Ministerio de Salud recientemente comenzó a abastecerse de grandes cantidades de medicamentos contra la malaria y el VIH, ya que se cree que son eficaces para tratar a los que están gravemente enfermos de COVID-19, informó la Radio del Ejército.
“Decenas de miles” de dosis fueron ordenadas y se espera que lleguen en las próximas semanas, según la estación.
El primer ministro Benjamin Netanyahu anunció el miércoles que Israel está limitando los eventos públicos en áreas cerradas a 100 personas como parte de medidas cada vez más estrictas para frenar la propagación del coronavirus en el país.
La prohibición incluye la oración en la sinagoga y las bodas, elaboró Bar Siman-Tov. Las escuelas permanecen abiertas por ahora, pero los funcionarios pueden exigir que los institutos de enseñanza superior enseñen a distancia.
Netanyahu elogió las restricciones que Israel ha introducido hasta ahora, diciendo que posicionan mejor al estado judío para hacer frente al virus que otros países que no han ordenado tales medidas. “En Israel nuestra situación es mejor que en muchos Estados”, dijo el primer ministro.
Bar Siman-Tov, quien también habló en la conferencia de prensa, dijo que los institutos de educación superior pueden dar clases en línea, con estudiantes que estudien desde sus casas, pero esto todavía no es un requisito formal.
Dijo que Israel no estaba considerando actualmente el cierre de escuelas y que el transporte público funcionaba como de costumbre.
Israel tampoco estaba ordenando que se cerraran los lugares de trabajo, pero cuando era posible trabajar desde casa, los empleados debían hacerlo, dijo.
Los israelíes con fiebre o síntomas respiratorios deberían ponerse en cuarentena y, una vez que sus temperaturas vuelvan a la normalidad, esperar otras 48 horas antes de volver a salir, añadió Bar Siman-Tov.
Señalando que las personas de edad avanzada se enfrentan a mayores riesgos de salud a causa de COVID-19, el Ministro de Salud Yaakov Litzman dijo que los israelíes deben evitar visitar a sus conocidos en los hospitales.
“Necesitamos respetar al público anciano y ver cómo podemos extender sus años”, dijo en la conferencia de prensa.
El Ministerio de Salud introdujo el martes limitaciones para las visitas a hospitales y hogares de ancianos para reducir el riesgo de las poblaciones vulnerables como los enfermos y los ancianos,
Las nuevas restricciones se anunciaron cuando la Organización Mundial de la Salud declaró que el brote de COVID-19 era una pandemia mundial.
Hasta ahora ha habido 100 casos confirmados de COVID-19 en Israel, muchos de ellos contraídos por viajeros que han regresado recientemente del extranjero. Hubo 12 nuevos casos confirmados en el país el miércoles.
En todo el mundo, ha habido más de 118.000 casos confirmados del coronavirus y casi 4.300 muertes.
Para frenar la propagación del virus en el país, todos los israelíes que regresan del extranjero deben estar en cuarentena en casa durante 14 días. A los no israelíes se les permitirá entrar al país hasta el jueves a las 8 p.m., pero después de eso se les prohibirá la entrada a menos que puedan demostrar su capacidad de autocuarentena durante dos semanas.
Las medidas de cuarentena están entre las más dramáticas que ha introducido cualquier nación en la intensificación de la batalla contra el coronavirus. El 26 de febrero, Israel se convirtió en el primer país del mundo en aconsejar a sus ciudadanos contra todos los viajes al extranjero no esenciales.