Los medios de comunicación estatales de China están intensificando sus agudas protestas contra Estados Unidos, lo que es una clara señal del resentimiento de Xi Jinping con el presidente Trump. Pero la presión de Xi viene en otras formas.
Los aviones de combate chinos están aumentando la peligrosa interceptación de aviones de guerra estadounidenses en el espacio aéreo internacional. Xi Jinping se está moviendo para aplastar el estado de derecho democrático en Hong Kong. Y las fuerzas cibernéticas de China están llevando a cabo una campaña mundial de ciberinteligencia para robar datos relacionados con el coronavirus, así como todos los demás datos valiosos.
En este contexto de crecientes tensiones, Xi podría utilizar a Corea del Norte como un nuevo punto de presión sobre Washington. Corea del Norte ofrece a Xi una ventaja clave: un medio para presionar a Washington sin parecer que lo hace, mientras que al mismo tiempo ofrece una ventaja como medio para reducir la presión. Usar las restricciones relacionadas con las concesiones mutuas a China. Es un viejo juego de Beijing: pretender tener poca influencia sobre el liderazgo de Pyongyang y luego usar su considerable influencia para aumentar o disminuir la presión de Corea del Norte sobre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón.
Tal enfoque conlleva riesgos, especialmente si los EE.UU. se enteran de lo que está haciendo Beijing.
No obstante, China está tomando medidas razonables para mitigar este riesgo. Esto incluye, por ejemplo, el uso de mensajeros humanos para enviar mensajes a los norcoreanos y viceversa. Las tácticas mitigan el riesgo de que la inteligencia de EE.UU. y Corea del Sur descubra en cualquier momento lo que Xi le está diciendo a Kim. Esto es aún más importante a la luz de los esfuerzos masivos del Servicio Secreto de EE.UU. para monitorear a Kim.
Por supuesto, si Xi le pide a Kim que realice una nueva prueba de armas nucleares o una prueba de misiles balísticos intercontinentales, sería un gran peligro para Kim.
Tales acciones bien podrían conducir a nuevas sanciones de los EE.UU. y a la negativa del presidente Trump a seguir una ruta diplomática basada en la distención. Y mientras que Corea del Norte insinúa prepararse para una mayor escalada, Kim no querrá hacerlo por orden de Xi. Kim está obsesionado con las políticas del régimen nacionalista y teme que si es visto siguiendo las órdenes de Xi, se verá débil.
Por otro lado, ignorar la petición de Xi creará sus propios problemas. Se arriesgaría a que China cortara su línea vital de comercio terrestre y marítimo a Pyongyang. Esto paralizará la economía norcoreana, siempre chirriando, y de nuevo podría poner en peligro el liderazgo de Kim.
Después de todo, Xi puede que ni siquiera le pregunte a Kim. Pero dada la rápida escalada de tensiones entre Beijing y Washington, creo que esta posibilidad es cada vez más probable.