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Árbitra de ajedrez iraní que abandonó su país por la hijab revela sus raíces judías

29 de septiembre de 2020
Árbitra de ajedrez iraní que abandonó su país por la hijab revela sus raíces judías

Árbitra de ajedrez iraní que abandonó su país por la hijab revela sus raíces judías. (BBC)

Una árbitra de ajedrez iraní de clase mundial que apareció en los titulares después de anunciar que no volvería a casa después de un campeonato internacional porque ya no quería mantener su pelo cubierto con un hijab, ha revelado que tiene raíces judías.

Shoreh Bayat, de 33 años, declaró al periódico Telegraph que mantuvo su herencia oculta toda su vida mientras estuvo en Irán, pero este año, mientras espera asilo en Gran Bretaña, pudo celebrar su primer Rosh Hashana, el Año Nuevo Judío.

“Toda mi vida se trató de mostrar una imagen falsa de mí misma a la sociedad porque querían que fuera una imagen de una mujer musulmana religiosa, lo cual no era”, mencionó al periódico desde su casa temporal en las afueras de Londres a la familia de un amigo jugador de ajedrez.

Bayat, una de las mejores árbitras de ajedrez del mundo, nació en el norte de Irán y señaló que fue su padre el que la animó a dedicarse al ajedrez a la edad de nueve años. A los 12 años fue campeona nacional en Irán, donde el ajedrez es un deporte patrocinado por el Estado. Llegó a ser secretaria general de la Federación de Ajedrez de Irán, así como la primera árbitra de ajedrez de alto nivel de Asia.

Pero había parte de la historia de su familia que mantuvo oculta a las autoridades iraníes. Su abuela paterna, Mary, era judía, llegó a Irán desde Bakú en Azerbaiyán durante la Segunda Guerra Mundial.

“Si supieran que tengo antecedentes judíos, nunca sería secretaria general de la Federación Iraní de Ajedrez”, expresó y recordó que había escuchado comentarios antisemitas de funcionarios de ajedrez.

Bayat explicó que este año fue el primero en el que pudo marcar Rosh Hashana, incluyendo el consumo de los tradicionales alimentos festivos de manzana y pan de challah bañado en miel.

Bayat causó indignación en Irán cuando actuó como árbitro principal en el Campeonato Mundial Femenino de Ajedrez celebrado en enero de 2020 en Shanghai y Vladivostok, después de que una sola fotografía la sorprendiera con su hijab rojo alrededor de los hombros en lugar de en la cabeza.

Manifestó al Telegraph que después del partido, cuando regresó a su habitación de hotel, encontró mensajes en su teléfono móvil de personas preocupadas advirtiéndole que no volviera porque sería arrestada. Al día siguiente su foto había sido retirada del sitio web de la Federación Iraní de Ajedrez.

“Era como si yo no existiera”, añadió.

En lugar de oponerse a las demandas de los partidarios de la línea dura en Irán de que se disculpara, fue un paso más allá y dejó el pañuelo por completo para el resto del torneo. “Sabía que no podía tolerarlo por más tiempo”.

Al final del torneo, en lugar de volver a casa, Bayat tomó un vuelo al Reino Unido donde tenía un visado válido. A su llegada, pidió asilo.

Bayat sostuvo que no se arrepiente de la decisión de no volver a Irán, aunque eso significara dejar atrás a su marido y su familia, con los que un día espera reunirse.

La Federación Internacional de Ajedrez ha confirmado que se permitirá a Bayat arbitrar el ajedrez como funcionaria británica, pero actualmente no tiene permiso de trabajo, ya que no se ha tramitado su permiso de asilo, según el informe.

Bayat está esperando ahora una entrevista de asilo en el Ministerio del Interior británico, pero el proceso, que ya está atrasado, se ha retrasado aún más debido a la actual pandemia de coronavirus. Aunque se le dijo que se le concedería una entrevista para su caso en agosto, la reunión nunca se materializó.

Un portavoz del Ministerio del Interior informó al Telegraph que las entrevistas para el asilo se habían reanudado a finales de julio y que el Ministerio “ha estado trabajando para avanzar en el mayor número de casos posible”.

No es la primera vez que un jugador de ajedrez iraní cambia de lealtad después de negarse a llevar el hijab. En octubre de 2017, una mujer a la que se le había prohibido la entrada al equipo nacional iraní de ajedrez, supuestamente por asistir a una competición internacional sin llevar un pañuelo islámico, se unió al equipo estadounidense.

La ISNA semioficial informó en ese momento que Dorsa Derakhshani se negó a llevar el hijab, durante una competición en febrero en Gibraltar, y se unió al equipo nacional de los Estados Unidos.

Desde la Revolución Islámica de 1979, Irán ha exigido a las mujeres que lleven el hijab en lugares públicos.

Según el Telegraph, las mujeres han sido arrestadas, obligadas a hacer confesiones televisadas, encarceladas e incluso torturadas por no llevar el hijab en Irán.

El año pasado, tres mujeres fueron condenadas a un total de 55 años de prisión por no llevar el hijab, informó el periódico.

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