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Biden le dice a los cubanos que buscan refugio en EE. UU. que se marchen

23 de julio de 2021
Biden le dice a los cubanos que buscan refugio que se marchen

Joe Biden

El presidente Biden está lleno de compasión por los hispanos que huyen de sus países de origen, con una excepción: los cubanos amantes de la libertad.

El presidente está abandonando prácticamente todos los controles en la frontera sur. A pesar de pronunciar las palabras “No vengan”, la Casa Blanca ha adoptado políticas que envían un mensaje claro y contrario: “Cruza ilegalmente, y puedes quedarte”. Al mismo tiempo, Biden da un portazo a los cubanos que se embarcan hacia Florida para escapar de la dictadura comunista. Estos anticomunistas no son el tipo de hispanos que les gusta a los demócratas.

Considere el contraste condenatorio: Los agentes de Aduanas y Protección de Fronteras en la frontera sur están literalmente tendiendo la mano para ayudar a los ilegales a vadear el Río Grande. Pero bajo las órdenes de Biden, la Guardia Costera está capturando a los cubanos que se dirigen a Estados Unidos en botes y balsas desvencijadas y depositándolos de nuevo en las costas totalitarias de su isla. 

Los floridanos con embarcaciones aptas para el mar están reuniendo flotillas para navegar justo fuera de la marca de 3 millas alrededor de Cuba. Pero la Seguridad Nacional está advirtiendo que, si rescatan a los desertores cubanos y los traen a Estados Unidos, se enfrentarán a multas de 250.000 dólares y a cinco años de prisión. ¿Deberían dejar que sus hermanos que buscan la libertad se ahoguen en su lugar?

Los apologistas de esta cruel política han sugerido que el equipo de Biden quiere evitar que se repita el éxodo del Mariel de 1980, cuando más de 125.000 cubanos llegaron a las costas de Estados Unidos en cinco meses. Pero incluso esa cifra palidece en comparación con la afluencia que Biden está permitiendo en la frontera sur.

Sólo en el mes de junio, la Patrulla Fronteriza contabilizó la asombrosa cifra de 188.000 inmigrantes ilegales, además de los miles que se colaron sin ser detectados. Biden está planeando aflojar más los controles de la frontera sur, permitiendo la permanencia de adultos solos, y no solo de familias y menores no acompañados.

¿Qué podría explicar la indiferencia hacia los cubanos? Posiblemente un cálculo político. La mayoría de los migrantes cubanos que obtienen la ciudadanía votan a los republicanos. Han soportado los horrores del socialismo y no les gusta la retórica socialista de los demócratas. Otros votantes hispanos tienden a apoyar a los demócratas, según Pew Research. Cuantos más de ellos se establezcan aquí, calculan los demócratas, mayor será el futuro electorado demócrata.

Sin embargo, la política de Biden representa una ruptura con el enfoque histórico de Washington.

El secretario de Seguridad Nacional de Biden, Alejandro Mayorkas, dijo a los cubanos el 13 de julio: “Si se echan al mar”, no se les permitirá entrar en Estados Unidos, incluso si los aspirantes a emigrantes pueden demostrar “un temor fundado de persecución o tortura”. Esto supone un cambio de 180 grados respecto al trato que recibían los cubanos que huían.

A partir de 1995, los cubanos que huían de la opresión recibían un trato especial cuando llegaban a las costas estadounidenses. Se les daba la bienvenida y se les ofrecía la posibilidad de obtener la ciudadanía. Eso cambió en el último año del ex presidente Barack Obama, cuando intentó establecer una relación con los comunistas de La Habana. Entre otras concesiones, puso fin a la generosa política hacia los exiliados cubanos y los equiparó a cualquier otro inmigrante ilegal.

Ahora, con Biden, se les trata peor que a otros inmigrantes.

Según la ley estadounidense, los solicitantes de asilo pueden reasentarse aquí si demuestran un “temor bien fundado” de que volver a su país de origen les costaría la vida. Esa ley se ha estirado como una banda elástica para los que cruzan la frontera sur.

Los cubanos pueden realmente demostrar un “temor bien fundado”, pero Mayorkas está insinuando que los cubanos que soliciten asilo serán entrevistados en el extranjero y reasentados en un tercer país como Australia, no permitiéndose en Estados Unidos. 

Sí, Biden elogia a los rebeldes cubanos y deplora el comunismo, pero sus hechos no coinciden. Ha vacilado en restablecer las conexiones de Internet de Cuba, que los matones comunistas cortaron. Y no ha hecho ningún movimiento para fortificar a los rebeldes con alimentos, medicinas, ordenadores y teléfonos móviles, las herramientas de la revolución. En lugar de ello, está dando una respuesta lenta a Estados Unidos, nombrando “grupos de trabajo” y haciendo gestos ceremoniales como las sanciones a figuras del régimen que, de todos modos, no hacen negocios con Estados Unidos. 

Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Siria y Venezuela -una lista de tiranos- apoyan al dictador cubano y advierten a Estados Unidos de que no interfiera, lo que es una clara señal de que Washington debe prestar ayuda. 

La historia se está gestando, y el retraso podría inclinar la balanza en contra de una Cuba libre.

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