MITROVICA, Kosovo (AP) – Las autoridades de Kosovo suspendieron el miércoles la restauración de una antigua casa vinculada a un funcionario albanés que fue un notorio colaborador nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
El proyecto, financiado por la Unión Europea y el Ministerio de Cultura de Kosovo, se había convertido en blanco de las críticas de Alemania y de acusaciones de antisemitismo. Las autoridades kosovares dijeron que buscarían alternativas para un nuevo centro cultural que se había planeado para la propiedad restaurada.
“El único objetivo de la restauración de este edificio es servir a la comunidad y no blanquear la historia ni rehabilitar a ninguna personalidad o acontecimiento histórico”, dijo el ministro de Cultura, Hajrulla Ceku.
La casa, situada a 40 kilómetros al norte de la capital de Kosovo, en la ciudad de Mitrovica, fue propiedad de la familia del ministro del Interior albanés, Xhafer Deva, durante la Segunda Guerra Mundial. Deva está acusado de colaborar con la Alemania nazi cuando invadió Kosovo y Albania y de orquestar una masacre anticomunista el 4 de febrero de 1944 en la que murieron 86 personas en Albania.
Construida en 1930 por arquitectos y obreros austriacos, la vivienda ha sido utilizada como oficinas a lo largo de los años y se ha deteriorado. El proyecto de renovación pretendía convertirla en un espacio para eventos y un centro regional para promover el diálogo intercultural y la tolerancia.
El embajador alemán en Pristina, Joern Rohde, dijo estar muy preocupado por el plan de renovación de la “casa de Xhafer Deva”.
“¡Nada de blanquear la historia! No distorsionéis la verdad sobre el Holocausto o los crímenes de guerra cometidos por los nazis y los colaboradores locales”, tuiteó Rohde.
El ministro de Cultura, Ceku, rechazó la sugerencia de que Kosovo fuera “un negador de (el) Holocausto”.
“Nosotros, como nación, hemos dado numerosas pruebas históricas de haber acogido y rescatado a personas judías”, dijo Ceku a The Associated Press.
La Comisión Europea, el Ministerio de Cultura de Kosovo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que la UE eligió para llevar a cabo el proyecto, dijeron que intentarían encontrar “alternativas para el beneficio futuro de la comunidad local y el diálogo intercomunitario”.
Pero Flori Zevi, un activista judío de Pristina, dijo que instaría a los socios del proyecto a que “la restauración siga adelante” e incluya la dedicación de una esquina a un museo que cuente la historia de los al menos 100 judíos que fueron sacados de Mitrovica y ejecutados en Serbia por los nazis.
El edificio está en una lista temporal de lugares protegidos del patrimonio cultural de Kosovo.