JTA – Las autoridades rumanas conmemoraron por primera vez a las víctimas del hundimiento, hace 80 años, del Struma, un barco que transportaba a cientos de refugiados del Holocausto desde Rumanía.
La ceremonia tuvo lugar el martes en la ciudad costera de Constanţa, en el sur de Rumanía, desde donde zarpó el barco en 1941 con unos 770 refugiados, incluidos más de 100 niños, a bordo, así como 10 miembros de la tripulación.
En 1942, un submarino del Ejército Rojo confundió el Struma con un buque hostil después de que las autoridades turcas lo remolcaran desde su muelle en Estambul y lo dejaran en aguas internacionales sin motor ni ancla. El submarino torpedeó el barco, dejando solo un superviviente.
Durante la ceremonia, a la que asistieron unas 80 personas, el contralmirante rumano Mihai Panait, máximo comandante de la marina del país, y Florin Goidea, director del puerto de Constanţa, depositaron coronas de flores en las aguas junto al muelle del que zarpó el Struma.
“Es la primera vez que Rumanía conmemora oficialmente la tragedia del Struma en suelo rumano, y forma parte de los esfuerzos de los sucesivos gobiernos de los últimos años por enfrentarse al pasado y a los acontecimientos de la época del Holocausto, cuando la mitad de la comunidad judía del país fue asesinada”, declaró a la Agencia Telegráfica Judía David Saranga, embajador de Israel en Rumanía, que también asistió al acto.
En su discurso, el almirante Panait reconoció esa trayectoria histórica.
“Conmemoramos hoy no solo un acontecimiento trágico, sino que volvemos a llamar la atención sobre el sufrimiento causado por la represión de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial”, dijo.
Rumanía formaba parte del Eje Roma-Berlín liderado por los nazis y era aliada de la Alemania de Adolf Hitler.
“Debemos reaccionar inmediatamente para combatir cualquier forma de intolerancia, discriminación o racismo. La mejor respuesta a estos desafíos es la educación honesta y responsable”, dijo Panait.
En su discurso, Saranga también destacó la persecución de los judíos rumanos por parte de sus compatriotas, pero señaló que los judíos rumanos habrían podido llegar al Israel preexistente si no fuera por la negativa de las autoridades británicas a dejar entrar a los refugiados, que los dejó abandonados a merced de los turcos.
“Durante 10 semanas, los pasajeros de Struma estuvieron abandonados en el puerto de Estambul, por la negativa del Gobierno británico a permitir su entrada en Israel”, dijo.
Saranga contó la historia de una de las víctimas, Isac-Itzhak Terkatin, de 26 años, superviviente del cruel pogromo de Iași de junio de 1941, que los rumanos perpetraron contra sus vecinos judíos.
Terkatin “tenía la esperanza de emigrar a Israel” y ayudó a otros a partir antes de embarcarse en la Struma a pesar de los riesgos, dijo Saranga. “Su sueño, así como el de otros 768 judíos, pereció en el abismo de la indiferencia”.