En los últimos años, se ha producido un aumento alarmante de los incidentes antisemitas en todo el mundo. Hoy en día, la mayoría de ellos se originan en línea, como parte de una campaña de odio y desinformación más amplia que se observa tanto en las plataformas de la web principal como en la oscura.
La investigación muestra que los tropos, memes y retórica antisemita se incorporan a menudo a otras teorías de la conspiración en línea, con un experto sueco en la lucha contra el antisemitismo afirmando que “en el centro de la amenaza a la democracia liberal está el antisemitismo”, etiquetando el antisemitismo en línea como “la madre de las teorías de la conspiración”.
El caso y la causa del antisemitismo en línea presenta una oportunidad para que las plataformas digitales y los responsables políticos examinen el problema y creen recomendaciones exhaustivas, legislación y nuevas instituciones que puedan utilizarse en el contexto más amplio de la lucha contra el odio y la desinformación en línea.
Este odio visto en línea no es solo una charla inofensiva relegada a los rincones oscuros de Internet, sino que se extiende a las calles, y la propaganda peligrosa puede traspasar rápidamente las fronteras geográficas de cualquier país. Combatir este odio global, por tanto, requiere una solución global.
En julio de 2020 tuvo lugar la campaña #NoSafeSpaceForJewHate, que sirvió de llamada a la acción mundial para combatir el virulento antisemitismo que no se aborda o se aborda inadecuadamente en las plataformas de los medios sociales.
Creciente urgencia por hacer responsables a las plataformas de medios sociales
La creciente urgencia me llevó a iniciar y dirigir cuatro audiencias en la Knesset, en las que los gigantes de las redes sociales, las organizaciones de la sociedad civil y los expertos en tecnología se comprometieron a identificar y comprender el problema, y a debatir posibles soluciones. Posteriormente, se creó el Grupo de Trabajo Interparlamentario para Combatir el Antisemitismo en Línea, junto con socios multipartidistas de Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Australia.
Este grupo de trabajo sirve de plataforma consistente y comprometida con la protección de todos contra el odio en línea, subrayando que la lucha contra el antisemitismo es un consenso no partidista en los países democráticos.
Trascendiendo las diferencias reales y percibidas de la geografía, la política, la religión, el idioma y más, el grupo de trabajo trabaja para: Establecer un mensaje y una política coherentes desde los parlamentos y las legislaturas de todo el mundo para responsabilizar a las plataformas de los medios sociales, incluidos Twitter, TikTok, Facebook y Google; abogar por la adopción y publicación de políticas transparentes relacionadas con la incitación al odio y su aplicación transparente; concienciar sobre el antisemitismo en las plataformas de los medios sociales y sus consecuencias para reconocer la tremenda responsabilidad que conlleva el poder que tienen las plataformas, y enfatizar que si una minoría no puede ser protegida por las políticas de incitación al odio, entonces ninguna puede serlo.
Las principales recomendaciones del informe provisional del Grupo de Trabajo 2021 fueron que los gobiernos nacionales, estatales/provinciales y locales, así como los proveedores de redes sociales, deberían adoptar una definición clara de antisemitismo, ya que sin definir primero el problema, no podemos combatirlo.
Además, las plataformas de los medios sociales deberían mejorar la transparencia en lo que respecta a los algoritmos, cómo se eliminan los contenidos, qué contenidos se eliminan y qué herramientas se utilizan para dirigir a los usuarios a determinados sitios o redirigirlos lejos del odio o los daños, y proporcionar informes trimestrales regulares sobre estas cuestiones.
Es importante que las redes sociales sean realmente un mercado de ideas y que los individuos no sean dirigidos simplemente a contenidos que refuercen las opiniones existentes. Los legisladores deberían crear un organismo de supervisión o regulador independiente en cada país para supervisar de forma eficiente, regular y transparente el espacio en línea.
Como definición de consenso internacional, establecida tras 20 años de procesos democráticos y adoptada por casi cientos de entidades -incluyendo países, ciudades, ligas deportivas, corporaciones- la definición de trabajo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA) es la definición lógica y recomendada de antisemitismo a la que deben recurrir los gigantes de los medios sociales.
Esta exhaustiva definición de trabajo permite, como explicó el exministro de Justicia de Canadá y actual enviado para asuntos de antisemitismo, el profesor Irwin Cotler, seguir la mutación desde su forma “tradicional”, que excluye al individuo judío de un lugar de igualdad en la sociedad, hasta la forma “moderna”, que excluye al Estado-nación judío de un lugar de igualdad entre las naciones.
Elie Wiesel, ya fallecido, subrayó que el Holocausto no empezó en las cámaras de gas, sino con palabras, y que el odio que hoy se vierte en Internet contra el pueblo judío y su Estado es algo muy preocupante.
El odio en línea ha aprendido que referirse a “matar a los judíos” hará que un algoritmo elimine el contenido, pero pedir “muerte a los sionistas”, sin importar que esta descripción represente a la mayoría de los judíos, es de alguna manera aceptable.
Los continuos debates del grupo de trabajo, incluidos los que tendrán lugar en el Congreso de los Estados Unidos los días 15 y 16 de septiembre de 2022, reconocen que tenemos una responsabilidad compartida de trabajar juntos, para identificar y combatir el odio mutante en nuestro entorno y para detener la espiral descendente del vitriolo antisemita.
El imperativo de concienciar al público sobre la difusión de la información digital y sobre el hecho de que no somos consumidores en el actual modelo de negocio de las plataformas digitales, sino el producto, asume y reclama el libre albedrío y la agencia comprometidos, en un momento de supuesta libertad y agencia definitivas.
Las próximas audiencias no son para culpar a nadie. Son una llamada a la acción -a los legisladores, a los gigantes de la tecnología, a la sociedad civil y al público en general- para comprometer y perfeccionar la capacidad y la responsabilidad de nuestra generación, para garantizar que la humanidad siga evolucionando y desarrollándose, reuniendo las herramientas necesarias para abordar los cambios fundamentales en la forma en que todos consumimos la información, al tiempo que se garantiza que la propagación de las teorías conspirativas, de las que el antisemitismo es un ejemplo predictivo, no colapse toda la infraestructura compartida.