Recientes hallazgos revelan que la comunidad judía de York no desapareció tras el pogromo de 1190, como se creía.
El renacimiento de la comunidad judía en York
A pesar de las atrocidades sufridas en el pogromo de 1190, investigaciones recientes muestran que la comunidad judía de York logró reestablecerse. El recién llegado rabino, Elisheva Salamo, y un grupo de investigadores han evidenciado esta resiliencia judía en la ciudad.
Los investigadores de la Universidad de York localizaron la primera sinagoga de la ciudad y revelaron cómo, tras el pogromo, líderes de la comunidad judía colaboraron con autoridades eclesiásticas para adquirir un edificio que posteriormente sería el Guildhall.
Howard Duckworth, director de la Sinagoga de York, expresó su admiración ante estos descubrimientos, resaltando la rica historia de la comunidad judía en la ciudad, más allá del trágico evento en Clifford’s Tower.
El proyecto StreetLife York y la historia judía
El equipo de investigación formaba parte de StreetLife York, un proyecto destinado a revitalizar la calle principal, Coney Street, explorando su milenaria historia. La investigación se centró en los judíos que habitaron Coney Street durante el siglo XII.
Según un comunicado universitario, a pesar del pogromo de 1190, desde 1210 York albergó una comunidad judía próspera que convivía en paz con sus vecinos cristianos. Muchos de estos judíos eran figuras destacadas tanto en la ciudad como en Inglaterra.
El trágico evento de 1190 vio a los judíos de York refugiarse en una torre del castillo, donde, ante la amenaza de conversión forzada o muerte, muchos optaron por el suicidio. Se estima que 150 personas perecieron en aquel pogromo.
Reconstrucción digital de la vida judía post-pogromo
Basados en estructuras medievales conservadas, los investigadores reconstruyeron digitalmente las residencias de líderes judíos post-pogromo. Entre ellos, destacan Leo Episcopus, Aaron de York y su esposa Henna.
Adicionalmente, ubicaron la primera sinagoga de la comunidad en terrenos de la residencia de Aaron de York. Curiosamente, no se encontraron evidencias de conflictos directos con la iglesia cercana, aunque sí se registró discriminación por parte de la monarquía.
Un edicto real de 1253, por ejemplo, instruía a los judíos a moderar el volumen de sus rituales para evitar ser oídos por cristianos.
Persecuciones adicionales y el éxodo de 1290
Más allá del antisemitismo social, los judíos enfrentaron persecuciones legales. En 1279, Josce le Jovene y su hijo fueron ejecutados por razones no especificadas.
En esa misma época, cientos de judíos fueron arrestados bajo acusaciones de “acuñar monedas”, un eufemismo para recortar plata de monedas y crear nuevas. Muchos enfrentaron condenas severas y otros fueron forzados a convertirse al cristianismo.
En 1290, los judíos fueron expulsados de Inglaterra, prohibiéndose su retorno hasta 1656.