La Comisión de Trabajo y Bienestar de la Knesset ha dado luz verde a un proyecto de ley que amplía el reconocimiento y las prestaciones legales a las novias y prometidas de militares caídos en combate.
La legislación, que ahora pasa a su segunda y tercera lectura en el pleno de la Knesset, propone equiparar los derechos de las prometidas a los de los cónyuges casados, proporcionándoles una compensación mensual y acceso a terapia durante cinco años.
El proyecto de ley se extenderá también a los prometidos de policías, guardias de prisiones, agentes del Shin Bet, el Mossad y miembros de organizaciones de defensa civil, así como a las víctimas de hostilidades.
Las parejas que ya hayan iniciado el proceso formal de matrimonio serán reconocidas automáticamente, mientras que las que no lo hayan hecho deberán demostrar su intención de casarse mediante pruebas como la compra de un anillo de boda o la documentación de su compromiso en las redes sociales.
Está previsto que la propuesta se someta a votación final en la Knesset el próximo miércoles. Durante el debate, Noa Rubin, cuya pareja Ariel Reich perdió la vida en Gaza, expresó la angustia de quienes se encuentran en esta situación: “¿Cómo puedes seguir viviendo? ¿Cómo puede ser que a la hora de la verdad mi país no me apoye porque no tengo un anillo de boda en el dedo?”.
Meirav Cohen, miembro de la Knesset por Yesh Atid, respondió a estas preocupaciones defendiendo la necesidad de apoyar a este grupo vulnerable: “Es inconcebible que una joven que debía llevar un vestido de novia… esté hoy aquí sin el amor de su vida… Ahora es el momento de echar una mano a este grupo”.
El presidente Yisrael Eichler (UTJ) elogió la medida, señalando que “pondrá fin a la discriminación y ayudará a las novias en su difícil momento”, lo que supone un paso significativo hacia el reconocimiento y el apoyo a quienes han perdido a sus seres queridos antes de poder formalizar su unión matrimonial.