Irán dijo el sábado que la presencia de Estados Unidos en Siria había sido «errónea e ilógica» desde el principio y fue una de las principales causas de tensión en el Medio Oriente, en su primera reacción oficial a la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirar las tropas estadounidenses en el país asediado por la guerra civil.
«La presencia de las fuerzas estadounidenses fue desde el principio un movimiento equivocado e ilógico y una causa principal de inestabilidad e inseguridad en la región», dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bahram Ghasemi, en su canal de Telegram.
El miércoles, la Casa Blanca sorprendió al mundo, y a sus propios funcionarios de defensa y política exterior, al declarar que Estados Unidos había cumplido su misión en Siria de derrotar al grupo terrorista del Estado Islámico (ISIS) y, por lo tanto, planeaba retirar sus tropas del país. Los analistas de la defensa y los funcionarios de todo el mundo rechazaron en gran medida la afirmación de que ISIS había sido derrotado, citando a los miles de combatientes del grupo terrorista que aún operan dentro de Siria a pesar de sus pérdidas territoriales.
Las noticias del Canal 10 de Israel informaron que el Primer Ministro Benjamin Netanyahu intentó en vano persuadir a Trump para que cambiara de opinión, y que hubo una tremenda «decepción» en Jerusalén por la retirada, que se considera una victoria para Rusia, Irán y Hezbolá.
El informe de la televisión describió el movimiento de los Estados Unidos como «una bofetada» para Israel, y señaló que la presencia de los Estados Unidos en Siria era «el único chip de negociación» en los esfuerzos de Israel para persuadir a Rusia de evitar que Irán profundice su atrincheramiento en Siria.
En abril, dos funcionarios estadounidenses dijeron a The Associated Press que una llamada telefónica en ese momento entre Trump y Netanyahu se hizo más tensa debido a las objeciones israelíes a los planes de Estados Unidos de abandonar Siria dentro de seis meses.
Aunque Trump dijo en el pasado que tenía la intención de sacar a las tropas estadounidenses de Siria, el anuncio del miércoles sorprendió a muchos funcionarios del Departamento de Estado y del Departamento de Defensa.
Muchos detalles del plan para remover a los aproximadamente 2.000 soldados estadounidenses de Siria siguen sin estar claros, en particular la línea de tiempo exacta.
Para Israel, la retirada lo deja sin un aliado incondicional en la lucha contra Irán en Siria y, potencialmente, abre las puertas para que la República Islámica cree un llamado «puente de tierra» desde Irán, a través de Irak y Siria, hacia el Líbano y el Mar Mediterráneo.
Hasta ahora, las tropas estadounidenses han estado estacionadas en el noreste de Siria, a lo largo de la frontera iraquí, bloqueando dicho corredor, a través del cual Irán podría distribuir más fácilmente armas avanzadas y tecnología en toda la región, especialmente a su cliente libanés, el ejército terrorista Hezbolá.
Israel ha prometido repetidamente que Irán no establezca una presencia permanente en Siria y el Líbano y en los últimos años ha llevado a cabo cientos de ataques aéreos contra las fuerzas respaldadas por Irán y los intentos de contrabandear armas avanzadas a Hezbolá.