El domingo por la mañana, los residentes del barrio de Neve Shoham en la ciudad de Eli, ubicada en la región de Binyamin, se encontraron con una desagradable sorpresa al llegar a las oraciones: partes de su sinagoga estaban manchadas con heces.
Los excrementos se hallaron en diversos lugares, como las puertas, el tablón de anuncios electrónico y una bandera dentro del recinto.
Ante esta situación, la ciudad inició una investigación para identificar a los responsables de la profanación de la sinagoga y comprender sus motivos, además de presentar una denuncia a la policía.
Avidan Beit Yaakov, presidente del Consejo Eli, comentó a Arutz Sheva-Israel National News: “Informamos a la policía, y no tenemos conocimiento de ningún conflicto ni incidente religioso o nacionalista relacionado con esto. No sabemos cuál es el motivo ni quién podría estar detrás de este acto”.