Altos funcionarios de EE. UU. comunicaron a Israel que iniciará el retiro progresivo de sus tropas de Siria, donde aún hay unos 2.000 soldados desplegados.
Washington notificó a Jerusalén el inicio del repliegue militar
Estados Unidos anunció a Israel que retirará sus tropas de Siria en un plazo de dos meses, según reveló el medio israelí Ynet el 15 de abril de 2025. Esta decisión fue comunicada por funcionarios de seguridad estadounidenses a sus pares israelíes y afecta directamente a los 2.000 soldados que el Pentágono mantiene en territorio sirio desde diciembre de 2024.
En el marco de intercambios constantes entre ambos países, Israel expresó preocupación por las consecuencias estratégicas del retiro. La medida marca un nuevo momento en la política exterior estadounidense hacia Oriente Medio bajo la administración de Donald Trump, quien desde su primer mandato ha impulsado la reducción de intervenciones militares en el extranjero.
Durante su campaña y en los primeros meses de su segundo mandato, Trump reafirmó su postura sobre el repliegue militar. Esta no es la primera vez que promueve una salida parcial de Siria. En 2018 y 2019 ya ordenó retiradas que generaron críticas, sobre todo tras permitir una ofensiva turca contra milicias kurdas aliadas de Washington.
Ynet citó a un funcionario israelí que aseguró que su país espera una retirada parcial, y no total. Israel busca preservar una presencia militar estadounidense que limite la expansión de Turquía, país que mantiene operaciones en el noreste sirio desde 2016 y que podría llenar el vacío de poder tras la salida de Estados Unidos.
Israel preocupado por influencia turca y debilitamiento frente a Irán
La presencia estadounidense en Siria, iniciada en 2015 para combatir al Estado Islámico, se ha centrado principalmente en el noreste del país, junto a las Fuerzas Democráticas Sirias. Además de sus operaciones antiterroristas, Washington también ha actuado para contener a Irán y sus milicias aliadas, un objetivo compartido con Israel.
En enero de 2025, el canal Kan ya había informado sobre las intenciones de la Casa Blanca de retirar tropas, lo que generó “preocupaciones significativas” en Tel Aviv. Israel teme que esta decisión afecte su capacidad operativa en Siria y debilite su estrategia frente a Irán, especialmente en un contexto donde ha ejecutado múltiples ataques aéreos contra objetivos iraníes y de Hezbolá desde 2011.
Las relaciones tensas con Turquía también influyen en la preocupación israelí. Aunque ambos países coinciden en frenar la influencia iraní, mantienen diferencias notables. Israel observa con desconfianza los movimientos turcos en Siria, en especial cerca de los Altos del Golán.
Un funcionario israelí citado por Ynet advirtió que el incremento de presencia turca en Siria podría agudizar las fricciones bilaterales. Ankara ha acusado a Israel de desestabilizar la región, mientras que Israel teme que Turquía aproveche el retiro estadounidense para afianzar su control en áreas clave.
El Pentágono aún no define detalles ni plazos públicos del retiro
Estados Unidos no ha divulgado públicamente los plazos ni el alcance completo de la retirada. No obstante, según Ynet, el Pentágono mantiene aproximadamente 2.000 efectivos en Siria, incluidos miembros de fuerzas especiales. Parte de este contingente se encuentra en la base de Al-Tanf, cerca de la frontera con Irak y Jordania, un punto clave para vigilar los movimientos de Irán.
Datos clave sobre la retirada de EE. UU. y su impacto en Siria
- EE. UU. mantiene 2.000 soldados en Siria, según datos del Pentágono de diciembre de 2024.
- La base de Al-Tanf alberga unos 200 soldados estadounidenses en una zona estratégica del sureste.
- Israel ha realizado más de 60 ataques aéreos en Siria durante 2024, según el Observatorio Sirio.
- Turquía opera militarmente en Siria desde 2016, con foco en combatir a milicias kurdas en el noreste.
- La retirada podría replicar el escenario de 2019, cuando Rusia ocupó posiciones tras la salida parcial de EE. UU.
Fuentes citadas por Reuters aseguraron que el retiro será gradual para evitar impactos en la lucha contra el Estado Islámico. El Pentágono ha reiterado la necesidad de mantener presión sobre células activas en el desierto sirio, aunque la administración Trump prioriza actualmente la reducción de compromisos militares en el extranjero, como ocurrió también en Irak entre 2020 y 2024.
Desde el inicio de la guerra civil en 2011, Siria ha quedado fragmentada. Mientras el régimen de Bashar al-Asad controla la mayoría del país con apoyo de Rusia e Irán, el noreste permanece bajo control kurdo con respaldo estadounidense. El noroeste está dominado por facciones opositoras respaldadas por Turquía.
La salida de Estados Unidos podría alterar este equilibrio. En 2019, tras un retiro parcial, fuerzas rusas ocuparon varias bases estadounidenses. Israel considera que ese precedente puede repetirse, sobre todo si Rusia decide aumentar su despliegue militar.
Israel refuerza vínculos con Rusia y observa movimientos regionales
Medios como The Jerusalem Post y France24 han abordado los riesgos de un retiro abrupto. En 2019, la retirada de Manbij expuso a las milicias kurdas a un avance turco. El episodio provocó críticas de aliados europeos ante la posibilidad de que el Estado Islámico se reorganice.
En marzo de 2025, protestas en varias ciudades sirias debilitaron aún más al régimen de Asad, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Mientras tanto, los campos petroleros de Deir Ezzor siguen bajo control compartido entre fuerzas kurdas y estadounidenses, lo que añade complejidad al proceso de repliegue.
Trump defendió en 2019 mantener un contingente en Siria para proteger el petróleo, pero ahora esta postura ha sido desplazada por la voluntad de reducir presencia militar. La decisión podría tener consecuencias para el control de estos recursos estratégicos.
Israel ha intensificado contactos diplomáticos con Rusia para coordinar operaciones en Siria. En febrero de 2025, el Ministerio de Defensa israelí firmó un acuerdo con Moscú que busca asegurar la continuidad de sus acciones contra objetivos iraníes, incluso si ya no cuenta con el respaldo operativo de Estados Unidos.
El futuro de las tropas estadounidenses sigue sin definirse claramente
El Pentágono no ha publicado un calendario oficial para la retirada, pero fuentes militares anticipan que se hará en etapas. La base de Al-Tanf, donde había 200 soldados en 2024, representa una posición clave, aunque su permanencia futura aún no se ha confirmado.
No se ha especificado qué ocurrirá con las tropas tras su salida de Siria. En otras ocasiones, Estados Unidos ha reubicado soldados en países cercanos como Irak o Jordania. En 2020, por ejemplo, unos 700 efectivos fueron trasladados desde Somalia a Kenia y Yibuti, según el Pentágono.
La decisión de Trump transformará el mapa estratégico en Siria. Israel observa atentamente los movimientos de Turquía, Irán y Rusia, en un contexto donde la guerra siria continúa sin una solución definitiva.
La reconfiguración regional resultante de la retirada estadounidense podría tener implicaciones duraderas, particularmente en el equilibrio de poder en el noreste sirio, donde el control territorial sigue siendo objeto de disputa entre actores locales e internacionales.