El concepto de “masividad letal” desafía la supremacía del sigilo, prioriza volumen de misiles, persistencia operativa y respuesta inmediata en entornos disputados.
El sigilo cede protagonismo ante volumen de fuego y persistencia
Durante décadas, los cazas furtivos como el F-35 Lightning II y el J-20 fueron el eje de las doctrinas de superioridad aérea, al centrarse en evitar radares enemigos y ejecutar misiones con mínima exposición. En contraste, una nueva aproximación estratégica denominada “masividad letal” está cobrando fuerza al priorizar la capacidad de sostener ataques con múltiples plataformas y un alto volumen de armamento.
Esta doctrina relega el sigilo como prioridad principal, proponiendo en su lugar saturar el espacio aéreo con sistemas ofensivos coordinados. El programa Eagle II representa esta transición, integrando cazas con gran capacidad de carga, drones persistentes y misiles de largo alcance capaces de operar en entornos de combate altamente disputados.
El concepto redefine las estrategias de combate aéreo modernas, sobre todo frente a potencias como China o Rusia, cuyos sistemas de defensa avanzados han comenzado a detectar aeronaves furtivas. El nuevo enfoque apunta a neutralizar esta ventaja mediante superioridad numérica y velocidad de respuesta.
Frente al sigilo como factor dominante, la doctrina de masividad letal busca prevalecer mediante la cantidad de armas desplegadas, la permanencia en combate y la capacidad de reacción ante amenazas inmediatas.
El F-15EX y su rol clave en la estrategia de fuego masivo
Como parte del programa Eagle II, el F-15EX de Boeing se perfila como una plataforma central. Esta variante del F-15 puede portar hasta 22 misiles aire-aire, muy por encima de los 6 que el F-35A transporta internamente en configuración stealth. Esta capacidad permite mayor potencia de fuego en misiones donde el sigilo no es determinante.
Según Air & Space Forces Magazine, el 19 de marzo de 2025, el F-15EX derribó drones Hutí usando cohetes guiados por láser APKWS en el mar Rojo. Esta acción demostró su habilidad para enfrentar amenazas de bajo costo con armamento económico, alineándose con la lógica de masividad letal al combinar sistemas de armas de alta y baja gama.
Además de su capacidad ofensiva, este caza incorpora el radar AESA APG-82 y sistemas de guerra electrónica avanzados. Estos componentes permiten detectar y atacar múltiples objetivos a gran distancia, elementos cruciales para una estrategia centrada en persistencia y volumen de ataque.
La integración de capacidades ofensivas diversas convierte al F-15EX en un elemento táctico versátil dentro de una doctrina que valora más la saturación de fuego que la invisibilidad ante el enemigo.
Datos clave sobre misiles y plataformas en la doctrina de masividad letal
- El AIM-260 JATM ofrece mayor alcance que el AMRAAM y será compatible con múltiples cazas.
- El Joint Strike Missile (JSM) permite misiones multimodales aire-tierra y navales, con integración en F-35 y sistemas navales.
- Noruega ha encargado 268 misiles JSM entre 2024 y 2028; Italia y Finlandia también integrarán este sistema.
- Drones como el MQ-9B con software Quadratix pueden operar prolongadamente y lanzar ataques coordinados.
- La doctrina combina aviones tripulados, drones y misiles en una red ofensiva persistente.
La ventaja del volumen de fuego frente a cazas furtivos
Los cazas furtivos, como el F-35 o el J-20, fueron diseñados para evitar la detección y atacar desde la invisibilidad. El F-35, con su radar AESA AN/APG-81 y sistema Barracuda ASQ-239, puede rastrear blancos a más de 150 km sin exponerse al radar enemigo.
Sin embargo, la capacidad ofensiva del F-35 en modo stealth se limita a cuatro misiles aire-aire internos. Aunque Lockheed Martin ha desarrollado una versión que permite portar seis, esta cifra aún resulta baja frente a la carga del F-15EX. El J-20, con misiles PL-15 y PL-21 de hasta 300 km de alcance, también enfrenta problemas ante radares VHF o UHF que detectan aeronaves furtivas.
En entornos A2/AD, donde se utilizan sistemas de denegación de acceso, el sigilo pierde eficacia. El F-35C, por ejemplo, depende de apoyo de plataformas como el EA-18G Growler y el E-2D Hawkeye para interferencias y coordinación mediante redes como Link 16, vulnerables a interferencias electrónicas.
La doctrina de masividad letal propone una alternativa directa: en lugar de evitar ser visto, abrumar las defensas mediante superioridad en volumen de fuego, independientemente de si las plataformas son detectadas.
Impacto económico y logístico de una guerra basada en volumen
Desde el punto de vista económico, el F-15EX cuesta alrededor de 90 millones de dólares por unidad, cifra comparable al F-35A, que ronda los 82.5 millones. No obstante, el mantenimiento del F-35 es más costoso y requiere recursos específicos para entornos de quinta generación.
La posibilidad de emplear municiones más económicas como el APKWS, que cuesta 35,000 dólares frente a los 500,000 del AIM-9X, permite sostener operaciones sin agotar rápidamente los arsenales. Esta característica resulta fundamental en una doctrina que se basa en mantener un ritmo alto de fuego.
La alta demanda de misiles ha provocado cuellos de botella en la producción de motores de cohete. Breaking Defense, en su nota del 27 de marzo de 2025, indicó que se están desarrollando medidas para ampliar la producción interna y promover acuerdos internacionales que mitiguen esta limitación.
También se contempla el uso de lanzadores verticales como el Mark 41 VLS en buques y submarinos, permitiendo lanzar misiles JSM en apoyo de operaciones aéreas. Esta capacidad refuerza el enfoque de operaciones conjuntas de todos los dominios (JADO).
China acelera producción de misiles frente a cambios doctrinales
En respuesta al crecimiento de capacidades chinas, la doctrina de masividad letal adquiere mayor relevancia. La Fuerza Aérea Popular de Liberación (PLAAF) ha desarrollado el J-20 y misiles como el PL-15, que constituyen una amenaza para plataformas stealth occidentales.
Breaking Defense alertó el 27 de marzo de 2025 sobre la capacidad de China para fabricar misiles en grandes cantidades, superando a los países occidentales en ciertos tipos de armamento. Esta ventaja industrial obliga a replantear doctrinas centradas exclusivamente en tecnología avanzada y sigilo.
En este contexto, una estrategia basada en cantidad y rapidez de respuesta representa una forma de equilibrar las capacidades de combate, incluso frente a un adversario que prioriza la producción masiva de sistemas ofensivos.
La combinación de plataformas como el F-15EX, misiles de última generación y drones colaborativos ofrece una solución pragmática para escenarios donde la evasión no garantiza la supervivencia ni el éxito de la misión.