El F-35 Lightning II integra radar AESA y casco de realidad aumentada para superioridad en combate BVR y misiones aire-aire y aire-tierra.
Radar AESA impulsa la supremacía del F-35 en el aire
El F-35 Lightning II, fabricado por Lockheed Martin, establece un nuevo estándar en tecnología de combate aéreo con su radar AN/APG-81, un sistema de barrido electrónico activo (AESA) diseñado por Northrop Grumman. Este radar permite detectar, rastrear e identificar múltiples objetivos a distancias superiores a 150 kilómetros, con modos activos y pasivos para misiones aire-aire y aire-tierra. La antena, compuesta por 1,676 módulos de transmisión y recepción, ofrece agilidad de haz electrónica, eliminando partes mecánicas y mejorando la fiabilidad. En 2010, el AN/APG-81 recibió el Premio David Packard por su capacidad para contrarrestar interferencias enemigas, demostrando su robustez en guerra electrónica.
La capacidad del radar para operar en entornos de alta amenaza se complementa con su integración en la suite de sensores del F-35. Este sistema permite al piloto ejecutar ataques de precisión y realizar mapeo de alta resolución mediante radar de apertura sintética (SAR). La producción del AN/APG-81 superó las 1,000 unidades en 2022, con costos reducidos en un 70% desde su inicio, y se espera que continúe hasta 2035 debido a pedidos internacionales.
El F-35 también incorpora el Sistema de Apertura Distribuida (DAS), compuesto por seis cámaras infrarrojas que ofrecen una visión de 360 grados. Este sistema detecta amenazas aire-aire y tierra-aire, incluyendo disparos de cañón y lanzamientos de misiles, y mejora la navegación nocturna. La fusión de datos entre el DAS, el radar y otros sensores crea una imagen unificada del campo de batalla, proyectada directamente en el casco del piloto.
El casco de exhibición montado en la cabeza (HMDS), con un costo aproximado de 400,000 dólares por unidad, redefine la interacción del piloto con la aeronave. Fabricado por Lockheed Martin, proyecta información crítica como velocidad, altitud, datos de puntería y alertas en la visera, eliminando la necesidad de pantallas tradicionales. Este sistema permite al piloto mantener la conciencia situacional incluso en maniobras extremas, integrando datos en tiempo real de la red de combate.
Datos clave sobre las capacidades del F-35 Lightning II
- Radar AN/APG-81: Detecta objetivos a más de 150 km con mapeo SAR de alta resolución.
- Sistema DAS: Seis cámaras infrarrojas para visión de 360 grados y detección de amenazas.
- Casco HMDS: Proyecta datos en tiempo real, costando 400,000 dólares por unidad.
- Fusión de sensores: Integra datos de múltiples fuentes para combates BVR y misiones aire-tierra.
- Producción: Más de 1,000 radares AN/APG-81 entregados hasta 2022, con pedidos hasta 2035.
Fusión de sensores eleva la conciencia situacional
La tecnología de fusión de sensores del F-35 combina información de múltiples sistemas, incluyendo el AN/APG-81, el DAS, el Sistema de Puntería Electro-Óptica (EOTS) y la suite de comunicaciones AN/ASQ-242. Esta integración, soportada por 8.6 millones de líneas de código en el software Block 3F, permite al piloto procesar datos en tiempo real sin sobrecarga cognitiva. La fusión de sensores, descrita como un “motor de fusión” por Mike Skaff, ingeniero principal de Lockheed Martin, reduce la carga de trabajo al priorizar y sintetizar información automáticamente.
En combates más allá del alcance visual (BVR), esta capacidad permite al F-35 identificar y neutralizar amenazas antes de ser detectado, gracias a su baja sección transversal de radar (RCS). La aeronave puede compartir datos con otras unidades a través de enlaces seguros, funcionando como un nodo en la guerra centrada en redes. En misiones aire-tierra, el EOTS combina funciones de infrarrojo de búsqueda y seguimiento (IRST) y láser para designar objetivos con precisión, incluso en entornos contestados.
La versatilidad del F-35 se refleja en sus tres variantes: F-35A para despegue convencional, F-35B para despegue corto y aterrizaje vertical, y F-35C para operaciones en portaaviones. Cada variante comparte la misma suite de sensores, lo que garantiza interoperabilidad entre las fuerzas de Estados Unidos y aliados como Reino Unido, Israel, Japón y Australia. Desde su primer vuelo en 2006, el F-35 ha acumulado más de 40,000 horas de vuelo, con despliegues operativos en Oriente Medio desde 2016.
El programa Joint Strike Fighter, iniciado en los años 90, buscaba reemplazar aeronaves como el F-16 Fighting Falcon y el AV-8B Harrier II. A pesar de retrasos en el desarrollo del software y desafíos en la integración de sensores, el F-35 entró en servicio completo con la Fuerza Aérea de EE. UU. en 2016. Actualmente, más de 20 países operan o han encargado el F-35, consolidándolo como un pilar de la defensa aérea global.
Modernización asegura la relevancia del F-35
El programa Block 4, iniciado en 2019, introduce mejoras significativas en el F-35. La actualización incluye el nuevo radar AN/APG-85, que reemplazará al AN/APG-81 en las variantes Block 4 a partir de finales de la década de 2020. Este radar, también desarrollado por Northrop Grumman, ofrece mayor capacidad contra amenazas avanzadas y soporta una mayor carga de procesamiento. Además, el programa incorpora hardware Technology Refresh 3 (TR-3), con nuevos procesadores y pantallas para gestionar el aumento de datos.
La modernización también amplía el arsenal del F-35, integrando armas específicas para clientes internacionales y mejorando las capacidades de guerra electrónica. El enfoque en desarrollo ágil de software, bajo el programa Continuous Capability Development and Delivery (C2D2), permite actualizaciones más rápidas. Estas mejoras aseguran que el F-35 mantenga su ventaja tecnológica frente a sistemas de defensa aérea modernos, como los de Rusia y China.
El F-35 lleva un cañón interno de 25 mm GAU-22/A en la variante F-35A, con 180 rondas para combates cercanos o ataques terrestres de precisión. Su diseño stealth, con un motor Pratt & Whitney F135 de baja observabilidad, minimiza la firma de radar e infrarroja, permitiendo operaciones en entornos hostiles. La aeronave puede llevar misiles AIM-120 AMRAAM y bombas guiadas GBU-31 JDAM internamente, preservando su furtividad.
Con un costo estimado de 428,000 millones de dólares para el programa completo, el F-35 enfrenta críticas por su alto precio, pero su adopción por múltiples naciones subraya su valor estratégico. Operado por la OTAN y aliados en regiones como el Ártico y el Indo-Pacífico, el F-35 refuerza la interoperabilidad y la disuasión global, enfrentando desafíos geopolíticos en un contexto de rápida evolución tecnológica.