El Su-35S, caza 4.5, destaca por su radar Irbis-E, alcance de 350 km y maniobrabilidad, ideal para conflictos modernos.
El Su-35S redefine la supremacía aérea rusa
El Su-35S, designado como Flanker-E por la OTAN, representa la culminación de décadas de desarrollo aeronáutico ruso, derivado del icónico Su-27. Este caza de generación 4.5, producido por Sukhoi, entró en servicio con la Fuerza Aérea Rusa en 2014 tras su primer vuelo en 2008. Equipado con el avanzado radar Irbis-E, detecta objetivos aéreos a 350 km y rastrea hasta 30 simultáneamente, con capacidad para atacar ocho. Sus motores AL-41F1S con empuje vectorial otorgan maniobrabilidad extrema, permitiendo giros cerrados y maniobras como el Cobra de Pugachev.
La aeronave porta una amplia gama de armamento, incluyendo misiles aire-aire R-77 y R-73, además de misiles aire-tierra como el Kh-31. Con 12 puntos de anclaje, su capacidad de carga alcanza las 8 toneladas. Aunque carece de tecnología tecnología furtiva, su diseño incorpora materiales absorbentes de radar para reducir su sección transversal. La Fuerza Aérea Rusa firmó un contrato por 48 unidades en 2009, con entregas completadas para 2015, y un pedido adicional de 50 en 2016.
Desplegado en conflictos como Siria y Ucrania, el Su-35S demostró versatilidad en misiones aire-aire y aire-tierra. En Siria, escoltó bombarderos y ejecutó ataques de precisión, mientras que en Ucrania enfrentó pérdidas significativas, con al menos siete unidades derribadas hasta noviembre de 2024. A pesar de su robustez, críticos señalan que su radar Irbis-E, aunque potente, es un sistema PESA, menos resistente a interferencias que los radares AESA occidentales. Su sistema de búsqueda y seguimiento infrarrojo OLS-35 detecta emisiones térmicas a 50 km, complementando el radar.
La producción del Su-35S enfrentó desafíos debido a sanciones occidentales que limitaron el acceso a componentes clave, afectando la línea de ensamblaje. China adquirió 24 unidades en 2015, integrándolas como plataforma transitoria antes de sus cazas J-20. Argelia, según reportes de 2025, comenzó a operar el Su-35S, aunque sin confirmación oficial. La aeronave también atrajo interés en Indonesia y Egipto, pero algunos contratos fueron cancelados por presiones geopolíticas.
Datos clave del Sukhoi Su-35S para entusiastas de la aviación
- Radar Irbis-E: Detecta objetivos a 350 km, rastrea 30 y ataca 8 simultáneamente.
- Motores AL-41F1S: Empuje vectorial, velocidad máxima de Mach 2.25.
- Armamento: 12 puntos de anclaje, capacidad para misiles R-77, R-73, Kh-31.
- Alcance: 3,600 km sin tanques externos, 4,500 km con tanques.
- Maniobrabilidad: Soporta hasta 10g, realiza maniobras como el Cobra de Pugachev.
Orígenes y desarrollo del Su-35S
El proyecto Su-35S, inicialmente denominado Su-27M, comenzó en los años 80 como una modernización del Su-27. Sukhoi buscaba un caza polivalente para competir con aviones occidentales como el F-15 Eagle. El primer prototipo voló en 1988, pero la disolución de la Unión Soviética retrasó su desarrollo. En 2003, Sukhoi reinició el programa, eliminando los canards del diseño original y adoptando tecnologías del programa PAK FA (Su-57). El Su-35S incorporó un sistema de control digital por cables y pantallas multifunción en la cabina.
El radar Irbis-E, desarrollado por el Instituto Tikhomirov, utiliza una antena de 900 mm con escaneo electrónico y mecánico, ofreciendo un campo de visión de 120 grados. Puede detectar objetivos con una sección transversal de 0.01 m² a 90 km. El sistema de guerra electrónica L175M Khibiny-M proporciona capacidad de interferencia contra radares y misiles enemigos, como el AIM-120 AMRAAM. El Su-35S también cuenta con un cañón GSh-30-1 de 30 mm con 150 proyectiles.
La Fuerza Aérea Rusa empleó el Su-35S en pruebas exhaustivas entre 2011 y 2014, evaluando su armamento y maniobrabilidad en el Instituto de Investigación de Vuelo Gromov. Los resultados confirmaron su cumplimiento con los requisitos técnicos, aunque la falta de tecnología furtiva y un radar PESA generaron críticas frente a competidores como el F-22 Raptor. Sukhoi proyectó una demanda de 200 unidades para mercados domésticos e internacionales, con interés en América Latina, Sudeste Asiático y Oriente Medio.
Exportaciones del Su-35S enfrentaron obstáculos por preocupaciones sobre copia de tecnología, especialmente en China, donde se temía que el diseño fuera replicado, como ocurrió con el Su-27SK y el Su-33. Rusia exigió garantías legales contra la copia, lo que prolongó las negociaciones. A pesar de ello, el Su-35S se consolidó como un pilar de la aviación rusa, con cerca de 100 unidades en servicio para 2025, según estimaciones de inteligencia de código abierto.
Impacto operativo y desafíos del Su-35S
En operaciones, el Su-35S destacó por su versatilidad. En Siria, realizó misiones de escolta y ataques de precisión, demostrando su capacidad para operar en entornos complejos. En Ucrania, sin embargo, enfrentó un entorno más hostil, con pérdidas atribuidas a sistemas antiaéreos ucranianos como el Patriot. La falta de dominio aéreo ruso en el conflicto resaltó limitaciones frente a defensas modernas. El Su-35S también asumió roles de reconocimiento en Ucrania, utilizando su radar Irbis-E para compensar la pérdida de aviones A-50U.
La estructura del Su-35S, reforzada con materiales compuestos y aleaciones de litio-aluminio, mejora su resistencia y reduce el peso. Su diseño aerodinámico, con extensiones de borde de ataque, optimiza la sustentación y permite maniobras a alta incidencia. El sistema de navegación combina un mapa digital con GPS y un sistema inercial, garantizando precisión en entornos sin señal satelital. La cabina, con pantallas multifunción, elimina instrumentos analógicos, mejorando la conciencia situacional del piloto.
A pesar de sus capacidades, el Su-35S enfrenta competencia de cazas de quinta generación como el F-35, que ofrecen furtividad superior y radares AESA. Expertos señalan que, aunque el Su-35S sobresale en maniobrabilidad, su radar PESA y falta de furtividad lo hacen vulnerable a detección en combates a larga distancia. Sukhoi planea actualizaciones en aviónica y armamento para mantener su competitividad, incluyendo integración de misiles hipersónicos.
El Su-35S permanece como un activo clave para Rusia y sus aliados, con un diseño que equilibra tecnología avanzada y robustez clásica. Su radar Irbis-E, maniobrabilidad y capacidad de carga lo convierten en un adversario formidable, aunque limitaciones tecnológicas y desafíos de producción persisten. Mientras Rusia avanza hacia el Su-57, el Su-35S seguirá siendo un pilar de su fuerza aérea en la década de 2020.