Una activista árabe-israelí fue asesinada a tiros en Tira; la violencia en el sector árabe alcanza niveles récord en 2025.
Asesinato de activista en Tira refleja crisis de violencia en sector árabe
En la noche del 29 de abril de 2025, Susan Abdelqader Bishara, una destacada activista social y madre de tres hijos, fue asesinada a tiros mientras estaba en su automóvil en la ciudad árabe de Tira, en el centro de Israel. La policía y los paramédicos confirmaron que la víctima, de 40 años, fue encontrada en estado crítico y trasladada al Centro Médico Meir en Kfar Saba, donde fue declarada muerta poco después. El crimen, que no ha causado arrestos hasta el momento, se suma a una alarmante ola de violencia que ha cobrado la vida de 84 árabes israelíes en incidentes criminales en lo que va de 2025, incluyendo siete en Tira. La investigación policial está en curso, pero las autoridades aún no han identificado sospechosos.
Bishara era una figura conocida en su comunidad. Había sido candidata en las elecciones municipales de Tira y era miembro activo del movimiento Women Wage Peace, una organización dedicada a promover la coexistencia entre árabes y judíos en Israel. Su trabajo se centraba en construir puentes entre comunidades, abogando por la paz y la justicia social. Su asesinato no solo ha conmocionado a Tira, sino que ha intensificado las demandas de acción contra la creciente violencia en el sector árabe, donde los homicidios han alcanzado niveles récord. Líderes comunitarios y políticos han señalado la negligencia policial como un factor clave, destacando que la mayoría de los casos de asesinato en esta comunidad permanecen sin resolver.
Horas antes del asesinato, residentes de Tira realizaron una protesta frente a una estación de policía en Kfar Saba, exigiendo medidas más efectivas para combatir el crimen. Los manifestantes portaban pancartas con mensajes como “Tira culpa al gobierno” y “Basta de crimen, basta de asesinatos”, reflejando la frustración por la falta de respuesta de las autoridades. Esta manifestación se suma a un creciente movimiento de indignación en las comunidades árabes, que ven en la inacción policial una política deliberada de abandono. Según datos de 2023, el índice de homicidios en el sector árabe se duplicó en comparación con años anteriores, una tendencia que ha continuado en 2025.
El caso de Bishara destaca por su perfil como activista y su compromiso con la coexistencia. Women Wage Peace, fundada en 2014 tras la operación militar en Gaza, busca unir a mujeres de diferentes orígenes para presionar por soluciones pacíficas al conflicto palestino-israelí. La participación de Bishara en este movimiento la convirtió en un símbolo de esperanza en un contexto de tensiones crecientes. Su muerte ha generado condolencias de figuras públicas y organizaciones, que han instado al gobierno a abordar la crisis de violencia con urgencia.
Datos clave sobre la violencia en el sector árabe en 2025
- 84 víctimas fatales: Hasta abril de 2025, 84 árabes israelíes han muerto en incidentes violentos, según reportes policiales.
- Siete homicidios en Tira: La ciudad ha registrado siete asesinatos en lo que va del año, uno de los índices más altos por localidad.
- Baja resolución de casos: Menos del 30% de los homicidios en el sector árabe resultan en condenas, según el Abraham Initiatives.
- Protestas crecientes: Manifestaciones en Tira y otras ciudades árabes exigen acción policial y políticas efectivas contra el crimen.
- Disparidad étnica: Los árabes, que representan el 21% de la población, constituyen más del 50% de las víctimas de homicidio en Israel.
Creciente ola de homicidios en comunidades árabes de Israel
La violencia en el sector árabe de Israel ha alcanzado niveles críticos en los últimos años, con un aumento significativo desde 2021. En 2023, un informe policial confirmó que la tasa de homicidios en esta comunidad se duplicó, pasando de 126 en 2021 a más de 240 en 2023. Esta tendencia ha persistido, y 2024 fue considerado el año más mortífero hasta la fecha, con un promedio de 1.81 femicidios por mes y una representación desproporcionada de víctimas árabes. Los datos de 2025 indican que el problema no muestra signos de disminuir, con Tira emergiendo como uno de los epicentros de esta crisis.
Organizaciones como el Abraham Initiatives han documentado las causas subyacentes de esta violencia, que incluyen la proliferación de armas ilegales, el crimen organizado y la falta de recursos policiales en las comunidades árabes. En 2023, el número de homicidios entre judíos israelíes también aumentó, alcanzando 47 casos, pero sigue siendo significativamente menor que en el sector árabe, que representa una minoría de la población. La disparidad ha alimentado acusaciones de discriminación institucional, con líderes árabes argumentando que las autoridades priorizan la seguridad en comunidades judías.
El asesinato de Bishara se produce en un contexto de tensiones sociales y políticas. La confianza en la policía entre los árabes israelíes es extremadamente baja, con solo un 19% expresando confianza en las fuerzas del orden, según un estudio de 2019 del Abraham Initiatives. Esta desconfianza se agrava por la percepción de que el gobierno, bajo el liderazgo de la coalición actual, no ha tomado medidas suficientes para abordar el problema. En 2024, el Observatorio de Femicidios de Israel reportó discrepancias significativas entre los datos policiales y sus propias investigaciones, lo que sugiere que muchos casos de violencia no se investigan adecuadamente.
La respuesta del gobierno ha incluido iniciativas como el aumento de presupuesto para la policía y la creación de unidades especializadas para combatir el crimen en el sector árabe. Sin embargo, estas medidas han sido criticadas por su implementación lenta y su falta de impacto tangible. En 2025, el Ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ha enfrentado críticas por su enfoque en políticas de mano dura que, según detractores, no abordan las raíces estructurales del problema, como la pobreza y la marginación en las comunidades árabes.
El legado de Susan Abdelqader Bishara y su impacto en Tira
Susan Abdelqader Bishara no era solo una víctima de la violencia, sino una líder que buscaba transformar su comunidad. Su candidatura en las elecciones municipales de Tira reflejaba su compromiso con el cambio local, enfocándose en temas como la educación, la seguridad y la igualdad. Como madre de tres hijos, su vida personal estaba profundamente entrelazada con su activismo, lo que la convirtió en una figura respetada tanto en Tira como en círculos más amplios de coexistencia.
Su trabajo con Women Wage Peace la llevó a participar en eventos que reunían a mujeres árabes y judías para dialogar sobre la paz y la reconciliación. La organización, que cuenta con miles de miembros, ha sido reconocida por su enfoque inclusivo, aunque ha enfrentado críticas de algunos sectores que consideran sus objetivos utópicos en medio de la guerra en curso. La muerte de Bishara ha sido un golpe para el movimiento, que emitió un comunicado lamentando la pérdida de una de sus “voces más valientes”.
En Tira, el impacto de su asesinato se ha sentido profundamente. La ciudad, con una población de aproximadamente 27,000 habitantes, ha sido escenario de múltiples incidentes violentos en 2025, lo que ha generado un clima de miedo y desesperación. Los líderes locales han pedido una reunión urgente con las autoridades para discutir estrategias de seguridad, mientras que los residentes continúan organizando protestas para exigir justicia. El caso de Bishara ha galvanizado a la comunidad, con muchos llamando a honrar su legado mediante acciones concretas contra la violencia.
El asesinato de Susan Abdelqader Bishara no es solo una tragedia personal, sino un reflejo de los desafíos más amplios que enfrentan las comunidades árabes en Israel. Mientras la policía continúa su investigación, la presión pública para abordar la crisis de violencia sigue creciendo. La muerte de una activista dedicada a la paz subraya la urgencia de encontrar soluciones efectivas que garanticen la seguridad y la justicia para todos los ciudadanos israelíes, independientemente de su origen étnico.