Investigadores de la Universidad Hebrea optimizan auxinas, logrando enraizamiento superior al 60% en manzanos tras ocho años de estudio.
Avance en clonación de plantas impulsa agricultura
Investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén desarrollaron un método mejorado para la propagación de plantas mediante esquejes, optimizando la aplicación de auxinas, hormonas vegetales clave en el enraizamiento. Este avance, publicado en 2024, logra tasas de enraizamiento superiores al 60% en especies como manzanos, eucaliptos rosados y árboles de argán. Tras ocho años de investigación, el equipo liderado por el Dr. Roy Weinstain diseñó un catálogo de auxinas sintéticas que liberan la hormona de forma controlada, duplicando la eficiencia de métodos tradicionales.
El método aborda un desafío histórico en la agricultura: mejorar el enraizamiento de esquejes para producir clones genéticamente idénticos de plantas con características deseables. La propagación por esquejes, utilizada en cultivos como frutales, plantas ornamentales y árboles forestales, depende de auxinas desde su descubrimiento hace más de 70 años. Sin embargo, la eficacia varía según la especie, y los tratamientos estándar a menudo presentan tasas de éxito inconsistentes.
La investigación se centró en la liberación controlada de auxinas sintéticas, como el ácido indol-3-butírico (IBA) y el ácido 1-naftalenacético (NAA). Estas hormonas, aplicadas en dosis precisas, estimulan la formación de raíces adventicias sin saturar las células vegetales. Los experimentos, realizados en el Centro Volcani y laboratorios de la Universidad Hebrea, demostraron un aumento del 100% en el enraizamiento de manzanos frente a métodos convencionales.
El impacto económico es significativo. Cultivos de alto valor, como manzanos y viñedos, pueden propagarse más rápido, reduciendo costos para agricultores y consumidores. Además, el método permite desarrollar variedades resistentes a condiciones climáticas adversas, un factor crítico en regiones afectadas por el cambio climático.
Datos clave sobre la clonación de plantas con auxinas
- Tasa de enraizamiento: Superior al 60% en manzanos, eucaliptos y argán.
- Hormonas utilizadas: Ácido indol-3-butírico (IBA) y ácido 1-naftalenacético (NAA).
- Tiempo de investigación: Ocho años, desde 2016 hasta 2024.
- Instituciones involucradas: Universidad Hebrea de Jerusalén y Centro Volcani.
- Aplicaciones: Frutales, plantas ornamentales y cultivos forestales.
Innovación agrícola con impacto global
La técnica israelí no requiere infraestructura compleja, lo que facilita su adopción en países en desarrollo. Los investigadores probaron el método en árboles de argán, un cultivo valioso en Marruecos, logrando tasas de enraizamiento del 65%. Este éxito abre la puerta a la propagación masiva de especies de alto valor económico en regiones áridas. Además, el enfoque reduce la dependencia de semillas, que a menudo producen plantas con variaciones genéticas no deseadas.
El Dr. Weinstain explicó: “Nuestro método elimina la necesidad de comprometer la calidad genética por tasas de enraizamiento bajas”. Esto permite a los agricultores seleccionar variedades superiores sin sacrificar viabilidad. Por ejemplo, en viñedos, el método asegura clones idénticos con sabores consistentes, un factor clave para la industria del vino.
La investigación también abordó limitaciones técnicas. Las auxinas tradicionales, aplicadas en polvo o gel, liberan la hormona de forma desigual, lo que reduce su eficacia. El nuevo sistema utiliza compuestos sintéticos que se descomponen lentamente, asegurando una exposición prolongada y uniforme. Este enfoque minimiza el estrés en los esquejes, aumentando su supervivencia.
El Centro Volcani, socio en la investigación, planea transferir la tecnología a cooperativas agrícolas en Israel, África y América Latina. En Israel, el método ya se implementa en viveros de Galilea y el Néguev, donde se propagan olivos y granados con resultados prometedores.
Contexto histórico y aplicaciones prácticas
La clonación de plantas por esquejes data de la antigüedad, pero su optimización comenzó en el siglo XX con el descubrimiento de las auxinas. En 1935, el científico holandés Frits Went identificó el ácido indolacético (AAI) como la primera auxina natural. Desde entonces, las auxinas sintéticas, como el IBA y el NAA, dominan la propagación comercial. Sin embargo, su aplicación seguía siendo un cuello de botella hasta el avance israelí.
En la agricultura moderna, la clonación es esencial para cultivos que no producen semillas viables, como plátanos y uvas. También es crítica en la industria del cannabis medicinal, donde la uniformidad genética garantiza perfiles químicos consistentes. El método de la Universidad Hebrea, al mejorar la eficiencia, amplía estas aplicaciones a nuevos cultivos.
El cambio climático impulsa la demanda de técnicas de propagación eficientes. Cultivos resistentes a la sequía, como el argán, o adaptados a suelos salinos, como ciertos olivos, pueden propagarse masivamente con el nuevo método. Esto fortalece la seguridad alimentaria en regiones vulnerables, incluyendo partes de Oriente Medio y África Subsahariana.
La investigación continúa. El equipo de la Universidad Hebrea explora la aplicación de auxinas sintéticas en cultivos hidropónicos y micropropagación, una técnica de clonación en laboratorio. Estos avances podrían revolucionar la producción de plantas en entornos controlados, reduciendo aún más los costos de propagación.