China impulsa la modernización militar de Bangladesh con cazas J-10C y JF-17, generando preocupación en India por la base aérea de Lamonirhat.
Desarrollo chino de base aérea en Lamonirhat preocupa a India
China avanza en la modernización militar de Bangladesh, fortaleciendo su capacidad aérea con cazas J-10C y JF-17 Thunder, lo que genera inquietud en India por sus implicaciones estratégicas. Según informes, funcionarios chinos inspeccionan la base aérea de Lamonirhat, un aeródromo de la Segunda Guerra Mundial ubicado en el distrito de Rangpur, a solo 20 kilómetros de la frontera india y 130 kilómetros de Siliguri, un centro militar clave. Este proyecto, anunciado en marzo de 2025, busca reactivar una instalación que fue uno de los mayores aeródromos de Asia, construido en 1931 y utilizado por las Fuerzas Aliadas en misiones en el sudeste asiático. EurAsian Times reportó que Dhaka invitó a China a desarrollar esta base, desencadenando debates en India sobre su posible uso militar por parte de la Fuerza Aérea China (PLAAF) o la Fuerza Aérea de Pakistán (PAF).
El interés de Bangladesh en adquirir hasta 16 cazas J-10C y 32 JF-17 Block III responde a su plan de modernización bajo el programa Forces Goal 2030. La Fuerza Aérea de Bangladesh (BAF) opera actualmente aviones obsoletos como los F-7 chinos y MiG-29 rusos, que carecen de capacidades modernas. El J-10C, un caza multirrol de 4.5 generaciones, cuenta con radar AESA, misiles PL-15 de largo alcance y sistemas avanzados de guerra electrónica. Por su parte, el JF-17 Thunder, desarrollado conjuntamente por China y Pakistán, es una opción más económica, con radar AESA y compatibilidad con misiles como el PL-15 y bombas guiadas. Estos cazas representan una mejora significativa para la BAF, pero también un desafío para la seguridad regional, especialmente para India.
El teniente general Anil Ahuja, exjefe adjunto del Estado Mayor de Defensa Integrado de India, advirtió que el acceso de la PLAAF o la PAF a bases en Bangladesh tendría “implicaciones adversas obvias”. La proximidad de Lamonirhat al Corredor de Siliguri, conocido como el “Cuello del Pollo”, una franja de 22 kilómetros que conecta los estados del noreste de India con el resto del país, aumenta las preocupaciones. Este corredor, rodeado por Nepal, Bután y Bangladesh, es vulnerable a amenazas aéreas. Ahuja destacó que las bases a menor altitud en Bangladesh facilitarían operaciones contra el noreste indio y las Islas Andamán y Nicobar, clave para el control de la Bahía de Bengala.
El teniente general Subrata Saha, exsubjefe del Estado Mayor del Ejército indio, subrayó que una base aérea tan cercana permite al adversario monitorear actividades indias en tiempos de paz y representa una vulnerabilidad en conflictos, aunque también podría ser un blanco fácil. Saha destacó la necesidad de contrarrestar este desarrollo en el contexto de la creciente influencia china en la región y las tensiones con el gobierno de Muhammad Yunus en Bangladesh. Las declaraciones de políticos bangladesíes cercanos a Yunus sobre la posible anexión de estados del noreste indio han intensificado las alertas en New Delhi.
Datos clave sobre la modernización aérea de Bangladesh
- Cazas J-10C: Caza multirrol de 4.5 generaciones con radar AESA, misiles PL-15 (alcance >200 km) y capacidad para misiones de superioridad aérea y ataque terrestre.
- JF-17 Block III: Caza ligero con radar AESA, compatible con misiles PL-15 y bombas guiadas, ideal para países con presupuestos limitados.
- Base de Lamonirhat: Aeródromo de 4 km de pista, construido en 1931, con potencial para operaciones militares modernas tras su reactivación.
- Importaciones de armas: China representa el 82% del inventario militar de Bangladesh, incluyendo submarinos, corbetas y tanques.
- Corredor de Siliguri: Franja de 22 km de ancho, clave para conectar el noreste indio, vulnerable a amenazas aéreas desde Bangladesh.
China como principal proveedor de armas de Bangladesh
Desde 2009, China se consolidó como el mayor proveedor de armas de Bangladesh, representando el 82% de su inventario militar, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Entre los equipos suministrados destacan submarinos de la clase Ming, corbetas C13B Shadhinota, tanques MBT-2000 y VT-5, misiles antiaéreos HQ-7 y cazas F-7BGI. Beijing también otorgó licencias a Dhaka para fabricar armas ligeras. Esta relación se fortaleció tras la visita del jefe de la Fuerza Aérea de Bangladesh, Hasan Mahmood Khan, a China en noviembre de 2024, donde expresó interés en adquirir J-10C. En enero de 2025, una delegación bangladesí visitó Pakistán para evaluar el JF-17, consolidando la cooperación con ambos países.
La confrontación militar entre India y Pakistán en mayo de 2025 demostró la efectividad de los cazas chinos. Pakistán utilizó J-10C y JF-17 para derribar aviones indios, incluyendo un Rafale, según fuentes estadounidenses. Los misiles PL-15, con un alcance superior a 200 kilómetros, fueron clave en estos enfrentamientos. Este éxito ha impulsado la confianza en los sistemas chinos y su atractivo para países como Bangladesh, que buscan capacidades modernas a menor costo que las plataformas occidentales como el Rafale o el F-16.
La elección de Bangladesh por los cazas chinos responde a factores económicos y logísticos. El JF-17, con un costo de entre 15 y 25 millones de dólares por unidad, es significativamente más barato que los cazas occidentales, que superan los 100 millones. Además, el motor RD-93 del JF-17 es compatible con los MiG-29 de la BAF, facilitando el mantenimiento. El J-10C, aunque más costoso, ofrece capacidades avanzadas que lo posicionan como un competidor del Rafale. Sin embargo, expertos señalan que ambos cazas presentan desafíos en fiabilidad, rendimiento del motor y integración de software en comparación con plataformas occidentales.
La modernización de la base de Lamonirhat y la adquisición de cazas chinos refuerzan los lazos de Bangladesh con China y Pakistán, lo que India percibe como un intento de Beijing de contrarrestar su influencia regional. La estrategia china, conocida como el “Collar de Perlas”, busca rodear a India con aliados armados, incluyendo Sri Lanka, Myanmar y Pakistán. La posible presencia de la PLAAF en Bangladesh extendería el alcance chino hasta las Islas Andamán y Nicobar, amenazando el dominio indio en el Estrecho de Malaca, un punto crítico para el comercio marítimo chino.
Implicaciones estratégicas para la región
La reactivación de Lamonirhat y el fortalecimiento de la Fuerza Aérea de Bangladesh alteran el equilibrio de poder en el sur de Asia. India, con una flota de más de 500 cazas avanzados, incluyendo Rafale, Su-30MKI y Tejas, mantiene una superioridad aérea significativa frente a los 400 cazas de Pakistán y los 50 de Bangladesh. Sin embargo, la dispersión de sus fuerzas para enfrentar amenazas en múltiples frentes, especialmente desde Bangladesh, podría debilitar su posición. El sistema de defensa aérea S-400 indio y los misiles Meteor de los Rafale ofrecen ventajas en combates de largo alcance, pero la proximidad de bases bangladesíes plantea nuevos desafíos.
Las agencias de inteligencia indias monitorean de cerca las actividades en Rangpur, donde se reportó la presencia de un espía paquistaní en enero de 2025. La cooperación militar entre China, Pakistán y Bangladesh se percibe como un movimiento coordinado para presionar a India desde el este. La retórica de líderes bangladesíes sobre el noreste indio, combinada con el apoyo chino, ha llevado a India a explorar medidas diplomáticas y estratégicas para contrarrestar esta alianza.
El desarrollo de Lamonirhat aún no aclara si tendrá fines civiles o militares, pero su potencial para albergar cazas modernos lo convierte en una prioridad para la seguridad india. La modernización de la BAF con J-10C y JF-17 no solo mejora la capacidad defensiva de Bangladesh, sino que también proyecta una postura más asertiva en la región. Aunque Bangladesh históricamente mantuvo una postura defensiva, su alineación con China señala un cambio hacia una estrategia autónoma que complica las relaciones con New Delhi.
China, por su parte, utiliza a Bangladesh como un cliente clave para expandir su industria militar. El éxito de los J-10C y JF-17 en combates recientes ha elevado el perfil de estos cazas en mercados globales, con exportaciones a países como Myanmar, Nigeria y Azerbaiyán. La oferta de financiamiento flexible y costos competitivos posiciona a China como una alternativa viable a los proveedores occidentales, desafiando la hegemonía de Estados Unidos y Europa en el mercado de armas.