La GBU-57, un arma de 13,600 kg, solo puede ser portada por bombarderos estratégicos como el B-2 Spirit, diseñada para destruir búnkeres profundos como Fordo.
Características de la GBU-57 y requisitos de las aeronaves
La GBU-57 Massive Ordnance Penetrator (MOP), desarrollada por Boeing para la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), es una bomba guiada de precisión de 30,000 libras (13,600 kg) diseñada para destruir objetivos subterráneos fortificados. Con una longitud de 20.5 pies (6.2 metros) y un diámetro de 31.5 pulgadas, su diseño incluye una carcasa de acero endurecido que le permite penetrar hasta 200 pies (61 metros) de material antes de que detone. La bomba utiliza un sistema de guiado por GPS y contiene 5,342 libras (2,423 kg) de explosivos, incluyendo AFX-757 y PBXN-114, optimizados para detonaciones controladas en espacios confinados. Su peso y dimensiones exigen que las aeronaves que la transporten tengan bahías de carga amplias, capacidad de carga superior a 60,000 libras (27,200 kg) y sistemas de lanzamiento compatibles con armas guiadas de gran tamaño.
El único avión operacional capaz de desplegar la GBU-57 es el B-2 Spirit, un bombardero furtivo fabricado por Northrop Grumman. Cada B-2 puede llevar dos bombas GBU-57, con un peso combinado de 60,000 libras, gracias a su capacidad de carga de 75,000 libras (34,000 kg). La bahía de armas del B-2 está diseñada para acomodar armamento pesado, y su sistema de lanzamiento permite la liberación precisa a altitudes elevadas, generalmente 50,000 pies (15,240 metros). En pruebas realizadas en 2007 en el White Sands Missile Range, se demostró que el B-2 puede soltar la GBU-57 con precisión, guiada por GPS, cuando alcanza velocidades supersónicas al impacto, estimadas en Mach 1.29. La integración de la bomba en el B-2 incluyó mejoras en 2024, como la incorporación de un fusible inteligente LPSF (Large Penetrator Smart Fuze), que optimiza la detonación según la profundidad del objetivo.
El B-52 Stratofortress ha desplegado la GBU-57 en pruebas, como en 2009 en White Sands, pero no está certificado para uso operacional con esta bomba. Aunque tiene una capacidad de carga de 70,000 libras (31,750 kg), su falta de tecnología furtiva y limitaciones en los sistemas de integración lo excluyen como plataforma principal. El B-1 Lancer, con una capacidad de 75,000 libras, podría teóricamente transportar la bomba, pero no se ha adaptado para ello debido a restricciones estructurales y de software. El B-21 Raider, en desarrollo, está proyectado para integrar la GBU-57 en la década de 2020, pero no está operativo actualmente.
Otros aviones, como el C-130 Hercules, han sido considerados teóricamente para lanzar una versión modificada de la GBU-57 desde su rampa trasera, similar a cómo se desplegó la GBU-43 MOAB en 2017 en Afganistán. Sin embargo, el C-130 no puede operar la GBU-57 en su configuración actual debido a limitaciones de peso, tamaño y falta de sistemas de guiado precisos. Su capacidad de carga máxima es de 45,000 libras (20,400 kg), insuficiente para las dos bombas requeridas en misiones críticas.
Datos clave sobre la GBU-57 y su despliegue
- Peso: 30,000 libras (13,600 kg), con 5,342 libras (2,423 kg) de explosivos.
- Penetración: Hasta 200 pies (61 metros) en concreto reforzado de 5,000 psi.
- Avión principal: B-2 Spirit, con capacidad para dos bombas por misión.
- Pruebas: Exitosas en 2007, 2009 y 2024 en White Sands Missile Range.
- Futuro: Integración planificada en el B-21 Raider para la década de 2020.
Capacidades del B-2 Spirit para la GBU-57
El B-2 Spirit es un bombardero estratégico de largo alcance con características únicas que lo hacen ideal para la GBU-57. Su diseño furtivo reduce su firma radar, lo que permite operar en entornos con defensas antiaéreas avanzadas. Con un alcance de 7,000 millas (11,000 km) sin reabastecimiento y 11,500 millas (18,500 km) con un reabastecimiento, puede alcanzar objetivos globales desde bases como Whiteman Air Force Base en Missouri o Diego Garcia en el océano Índico. En 2025, seis B-2 estuvieron desplegados en Diego Garcia, desde donde realizaron misiones contra objetivos subterráneos en Yemen, aunque no se confirmó el uso de la GBU-57 en combate.
La integración de la GBU-57 en el B-2 comenzó en 2009, con contratos otorgados a Boeing para optimizar la bahía de armas y los sistemas de guiado. En 2012, el Pentágono invirtió $82 millones para mejorar la capacidad de penetración de la bomba, y en 2013 se iniciaron pruebas de integración exitosas. En 2024, la USAF resolvió problemas de integración y probó el fusible inteligente LPSF, que permite a la bomba detectar espacios vacíos subterráneos y detonar en el momento óptimo. Estas mejoras aseguran que el B-2 pueda atacar objetivos fortificados con precisión y máxima letalidad.
La GBU-57 no ha sido utilizada en combate, según la USAF, pero su despliegue en pruebas ha demostrado su capacidad para destruir estructuras subterráneas. En un escenario como Fordo, la bomba se soltaría desde gran altura, guiada por GPS hacia un punto preciso en la superficie. Al impactar, su carcasa endurecida penetraría capas de roca y concreto antes de que detone, lo que generaría una explosión que colapsaría túneles y cámaras internas.
Impacto de la GBU-57 en un escenario como Fordo
El sitio nuclear de Fordo, ubicado a 95 millas (153 km) al suroeste de Teherán, es un complejo de enriquecimiento de uranio construido dentro de una montaña, a unos 80 metros bajo roca y concreto. Su diseño fortificado lo protege contra la mayoría de las armas convencionales, como las bombas GBU-28 o GBU-37, que penetran solo 20-30 metros. La GBU-57 es la única arma no nuclear conocida capaz de alcanzar objetivos a esa profundidad. En 2009, se reveló que Fordo albergaba 1,000 centrifugas para enriquecer uranio, lo que lo convierte en un objetivo estratégico crítico.
En un ataque hipotético, múltiples GBU-57 se desplegarían en secuencia desde uno o más B-2 Spirit. La primera bomba crearía un cráter inicial, lo que permitiría que las siguientes penetren más profundamente. Según un informe de 2012 del Congressional Research Service, la GBU-57 puede perforar 200 pies de concreto de 5,000 psi, suficiente para alcanzar las cámaras principales de Fordo. La detonación de 5,300 libras de explosivos generaría una onda de choque capaz de destruir infraestructura crítica, como centrifugas y sistemas eléctricos, lo que colapsaría túneles y sellaría accesos.
En pruebas de 2007 en White Sands, la GBU-57 demostró su capacidad para penetrar objetivos subterráneos simulados. En 2024, la incorporación del fusible LPSF mejoró su precisión al detectar espacios vacíos, para asegurar que la explosión ocurra en el punto más vulnerable del objetivo. Sin embargo, un informe de Royal United Services Institute de 2025 indicó que incluso la GBU-57 podría requerir múltiples impactos en el mismo punto para garantizar la destrucción total de un sitio como Fordo, debido a su profundidad y fortificación. La USAF ha producido al menos 20 bombas GBU-57 hasta 2015, suficientes para misiones de alta intensidad.
El despliegue de la GBU-57 en Fordo requeriría una planificación meticulosa, incluida la supresión de defensas antiaéreas iraníes, como sistemas de misiles tierra-aire. En 2025, se reportó que las defensas antiaéreas iraníes fueron significativamente debilitadas, lo que facilita operaciones de bombarderos furtivos como el B-2. Sin embargo, el ataque podría liberar material nuclear en la zona, según el International Atomic Energy Agency, debido al enriquecimiento de uranio en Fordo.