Es cierto que conmueve ver los videos en los que ciudadanos drusos-sirios aplauden a soldados de las FDI que se dirigen a impedir que el ejército de al-Asad continúe la masacre. Resuenan los ecos de la historia cuando nuestro ejército, el de los judíos perseguidos, acude a rescatar a otra minoría en medio de un pogromo.
Y ahí radica también nuestro problema. Quien solo tiene un martillo, ve clavos en todas partes. Quien vive con el trauma del Holocausto, percibe todo conflicto mundial como una dicotomía absoluta: judíos contra nazis, colaboradores contra Justos entre las Naciones. Los estadounidenses que no bombardearon Auschwitz, y el Ejército Rojo que sí lo liberó.