Durante el ejercicio militar Talisman Sabre 2025, desarrollado en Australia entre el 13 de julio y el 4 de agosto, unidades de operaciones especiales del Reino Unido, Australia, Estados Unidos, Japón y Singapur participaron en simulacros de interdicción marítima en el puerto de Sídney. Las maniobras se centraron en tácticas de respuesta rápida ante amenazas regionales, con un enfoque particular en escenarios antiterroristas complejos dentro del entorno del Indo-Pacífico.
Los Royal Marines del 42 Commando del Reino Unido colaboraron con comandos australianos y equipos de Guerra Especial Naval de EE. UU., junto con fuerzas especiales japonesas y singapurenses. La fuerza conjunta llevó a cabo operaciones de abordaje sobre buques en zonas de alta visibilidad, incluso en áreas cercanas a la Ópera de Sídney. Los ejercicios recrearon situaciones como secuestros de transbordadores civiles o el uso de embarcaciones comerciales por células terroristas, bajo condiciones marítimas y urbanas de alta complejidad.
Con base en Bickleigh, el 42 Commando forma parte del programa británico Future Commando Force. Esta unidad posee la capacidad de desplegarse con rapidez desde plataformas navales del Reino Unido o buques aliados. Sus funciones abarcan el abordaje de embarcaciones hostiles, la toma de puertos, la protección de infraestructuras marítimas y la asistencia a fuerzas especiales aliadas. La unidad mantiene una integración continua con componentes navales internacionales y conserva niveles elevados de disponibilidad operativa.
Durante el ejercicio en Sídney, los operadores británicos del 42 Commando descendieron desde helicópteros sobre embarcaciones y realizaron abordajes en espacios reducidos. Operaron junto a equipos australianos y estadounidenses especializados en incursiones marítimas. Su despliegue reafirmó la capacidad británica de proyectar fuerza expedicionaria en regiones alejadas para respaldar intereses estratégicos compartidos en el Indo-Pacífico.
Las maniobras concluyeron con la simulación de la retoma de un ferry de Nueva Gales del Sur por parte de una fuerza conjunta. El asalto incluyó inserciones por cuerda rápida desde helicópteros MH-60 Black Hawk y CH-47 Chinook de EE. UU., con apoyo de lanchas inflables australianas y embarcaciones de guerra especial estadounidense. Las acciones de las unidades mostraron una coordinación precisa entre componentes aéreos y marítimos, además de habilidades en combate cercano y control de plataformas móviles bajo amenaza.
El ejercicio tuvo lugar en medio de alerta por actividades terroristas en rutas marítimas del Indo-Pacífico. Diversas redes extremistas han intentado utilizar embarcaciones pequeñas y cobertura costera con el fin de transportar armas, realizar ataques o secuestrar embarcaciones. Incidentes recientes, como los ataques hutíes en el mar Rojo y las operaciones de interdicción realizadas en el marco de la Operación Guardián de la Prosperidad, confirman la necesidad de reforzar las capacidades de respuesta ante amenazas marítimas.
Ante este panorama, las fuerzas navales aliadas han incrementado su cooperación mediante ejercicios enfocados en operaciones especiales. Estados Unidos ha respaldado programas como Blue Pacific y Kurukuru, destinados a la aplicación de la ley marítima en el Pacífico Sur, mientras que los aliados regionales han ampliado su conocimiento situacional y sus capacidades de interdicción inmediata. Las actividades marítimas de Talisman Sabre 2025 se incorporan dentro de esta estrategia ampliada de defensa.
Con más de 30.000 participantes provenientes de 15 países, Talisman Sabre 2025 representa la edición más extensa del ejercicio hasta la fecha. La participación destacada de fuerzas de operaciones especiales indica un enfoque centrado en la neutralización de amenazas no estatales en el ámbito marítimo. Al reproducir situaciones urbanas reales en un entorno marítimo, el ejercicio confirmó el nivel de preparación de los aliados para ejecutar respuestas rápidas y coordinadas frente a escenarios de riesgo.