Ni siquiera el director más perezoso se habría atrevido a programar la campaña del hambre en Gaza justo en la semana en que se conmemoran veinte años del plan de desconexión. Un año y medio después de haber quedado claro, sin lugar a dudas, que no es posible desligarse de Gaza en términos de seguridad, el sector seudohumanista israelí demuestra que tampoco es posible desligarse emocionalmente.
Desde que Hamás tomó el control de la Franja en 2007, ha acumulado una gran variedad de armamento. Parte de ello con conocimiento de las fuerzas de seguridad, parte sin que estas lo supieran. Pero hay un solo tipo de arma que estamos ansiosos por entregarle en bandeja de plata: nuestros valores.