Imagínese este escenario: un comunista, Zohran Mamdani, como alcalde de Nueva York, y un presunto adicto al crack, Hunter Biden, como presidente de los Estados Unidos. No se trata de una exageración, dada la decadencia del mundo actual. Zohran ya ha recorrido más de la mitad del camino. ¿Y Hunter?
Personas con cierta seriedad afirman que tiene una posibilidad real en 2028, precisamente porque se muestra auténtico. Si eso es lo único que se necesita, entonces no importa lo más mínimo su presunta implicación en negocios turbios junto a su padre.