Las Fuerzas de Defensa de Israel informaron el martes que conmutarán las penas de prisión impuestas a tres soldados de la Brigada Nahal tras su negativa a reincorporarse a los combates en la Franja de Gaza. Los efectivos habían sido sancionados por insubordinación luego de rechazar órdenes operativas, y el ejército decidió modificar la sanción tras una evaluación de sus circunstancias personales.
Inicialmente, los soldados fueron expulsados del servicio de combate y sentenciados a entre siete y doce días en prisión militar. Su negativa se basó en una crisis interna provocada por la muerte de varios de sus compañeros de unidad. Un cuarto soldado también fue separado por insubordinación, aunque su caso aún no ha sido resuelto.
El lunes por la noche, el comandante de la Brigada Nahal sostuvo una reunión con los tres soldados para escuchar sus argumentos. Las FDI señalaron que durante el encuentro, el oficial expresó su reconocimiento por el servicio de los combatientes, pero también destacó que la disciplina operativa debe mantenerse en tiempos de guerra, incluso bajo condiciones extremas.
Tras esta reunión, el comandante resolvió conmutar las penas de prisión, dadas las “circunstancias únicas” del caso, según el comunicado militar. En lugar de ser encarcelados, los soldados permanecerán en su base por un periodo prolongado. No obstante, serán desvinculados de sus funciones de combate y reubicados en tareas no operativas.
Un oficial de las FDI declaró que los soldados recibirán atención médica y acompañamiento psicológico proporcionado por sus superiores y personal especializado en salud mental. La institución había informado previamente que los soldados fueron evaluados por un oficial médico, quien concluyó que podían continuar participando en combates, lo que motivó la sanción original.
La decisión del ejército generó reacciones públicas. La organización Ima Era, integrada por madres de soldados, publicó una declaración a través del diario Haaretz en la que afirmó que las expresiones de agotamiento de los soldados no deben ser tratadas como simples actos de indisciplina, sino como señales de un sistema que ha sobrecargado a su personal.
Uno de los soldados implicados declaró al Canal 12 que, tras varios meses de operaciones en Gaza, perdió a cuatro compañeros en combate, mientras otros dos resultaron heridos y los restantes fueron internados en instituciones psiquiátricas. Añadió que no se considera en condiciones psicológicas para continuar como combatiente.
Según su testimonio, pese a haber recibido muestras de apoyo verbal, en el juicio interno se concluyó que podía seguir en funciones. Esto condujo a su condena a prisión, lo que calificó como una contradicción entre el respaldo prometido y la decisión final adoptada por el mando militar.