Iniciativa de jóvenes israelíes impulsa la restauración del kibutz Manara, dañado en un 75 % durante 14 meses de combates con Hezbolá.
Voluntarios lideran restauración en kibutz Manara
Un grupo de jóvenes israelíes, liderado por Uriel Weintrub y Almog Levanon, ambos de 23 años, organiza la reconstrucción del kibutz Manara, ubicado en la frontera con Líbano. La iniciativa “Shuvu Manara” surgió tras pérdidas personales en combates en octubre de 2024. Desde el alto el fuego del 27 de noviembre de 2024, el 40 % de los residentes regresó.
Los voluntarios, que no son originarios de Manara, realizan tareas como trasladar electrodomésticos, instalar muebles y cuidar niños. Viven en un edificio dañado que ellos mismos adaptaron, con habitaciones triples y áreas comunes que equiparon con objetos recuperados. Por las noches efectúan labores de vigilancia y durante el día se dedican a restaurar espacios comunitarios.
Han restaurado la biblioteca, abierto un bar y actualmente acondicionan un lagar que será el centro de un jardín comunitario. Levanon afirmó que el grupo se considera parte de Manara y planea quedarse para fomentar el retorno de más residentes. El kibutz, fundado en 1943, sufrió graves daños durante la guerra.
El 75 % de las edificaciones de Manara resultó destruido en los 14 meses de enfrentamientos con Hezbolá, que comenzaron el 8 de octubre de 2023. La localidad fue una de las 43 evacuadas, lo que provocó el desplazamiento de 60.000 personas del norte de Israel. Actualmente, el 74 % de los evacuados ha retornado a la región.
Datos clave sobre la reconstrucción de Manara
- El 40 % de los residentes regresó tras el alto el fuego del 27 de noviembre de 2024.
- Voluntarios restauraron la biblioteca y abrieron un bar en el kibutz.
- Un lagar se convertirá en el centro de un jardín comunitario.
- El 75 % de las edificaciones de Manara resultó destruido en la guerra.
Contexto de la guerra y retorno de residentes
Las hostilidades con Hezbolá comenzaron el 8 de octubre de 2023, en apoyo a la ofensiva de Hamás. Israel respondió con operaciones terrestres y aéreas, que concluyeron con el alto el fuego del 27 de noviembre de 2024. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que los avances debilitaron a Hezbolá y redujeron las amenazas inmediatas en la frontera.
El general Ori Gordin, jefe saliente del Comando Norte de las FDI, aseguró el lunes que no existe riesgo inminente para las zonas fronterizas. Las FDI mantendrán presencia en cinco puntos del sur del Líbano para garantizar la seguridad. Estas medidas permiten el retorno de los evacuados del norte.
Ido Shelem, administrador financiero de Manara, estimó que entre el 60 % y el 70 % de los residentes regresará antes de finalizar 2025. Un jardín de infancia destruido reabrirá el 1 de septiembre con un refugio antiaéreo. Shelem destacó la importancia nacional de la recuperación del kibutz.
Los residentes enfrentan secuelas tras 14 meses de evacuación. Shelem indicó que los jóvenes voluntarios aportan vitalidad y esperanza a la comunidad. Manara, situado en la cordillera del monte Ramim, es visible desde Líbano y Siria, lo que refuerza su relevancia estratégica.
Historias personales en la reconstrucción de Manara
Esti y Tal Rosenberg, residentes desde 2015, vivieron separados durante la guerra. Tal permaneció en el equipo de emergencia, mientras Esti y sus hijos fueron evacuados a tres lugares distintos. Al regresar en abril de 2025, hallaron el kibutz devastado y sin espacios para niños.
La familia resistió un ataque iraní con más de 500 misiles y 1.100 drones. Sin habitación blindada, llevaron a su hijo menor, dentro del espectro autista, a un refugio en cada alerta. Esti relató que el niño repetía frases en inglés que había aprendido en YouTube, como expresión de su miedo.
Desde que cesaron las sirenas, el estado del niño ha mejorado. Esti y Tal observaron el paisaje libanés desde su casa y afirmaron que antes del 7 de octubre de 2023 no sentían temor. El retorno ha sido gradual, aunque nuevas familias ya se han instalado en el kibutz.
Esti resaltó la esperanza que genera la llegada de nuevos residentes. Los jóvenes voluntarios, según Shelem, han revitalizado la comunidad. La reconstrucción de Manara continúa como un esfuerzo colectivo orientado a restaurar la vida en la frontera norte de Israel.