Durante la noche del domingo, desconocidos derribaron la columna del monumento conmemorativo del Holocausto en la plaza Willy-Brandt de la ciudad alemana de Baden-Baden. Según medios locales, el incidente ocurrió sin testigos directos. Las autoridades municipales confirmaron que el daño fue considerable y requerirá una restauración completa, actualmente en evaluación por parte de un albañil contratado por el ayuntamiento.
La policía inició una investigación para determinar la autoría del ataque. Un portavoz declaró al medio SWR que las pesquisas consideran todas las posibilidades, aunque la evidencia hallada en el lugar indica que el acto fue deliberado y motivado políticamente. La ciudad anunció que la restauración del monumento se efectuará sin importar el costo que implique.
Michael Blume, comisionado contra el antisemitismo del estado federado de Baden-Württemberg, afirmó a SWR: “Quiero detener esta locura”, y advirtió que “el odio conspirativo siempre comienza con los judíos. Nos concierne a todos, y todos deberíamos detenerlo juntos”. La ciudad y la comunidad judía local hicieron un llamado conjunto a la solidaridad, según reportó el medio Juedische-Allgemeine.
La Comunidad Israelita de Baden-Baden (IKG) calificó el acto como un ejemplo manifiesto de antisemitismo con una intención política clara. Indicó que su ejecución, justo después de Tisha B’Av —fecha de duelo por la destrucción de los templos en Jerusalén—, aumentó el daño moral infligido. En su comunicado, alertó que el antisemitismo en Alemania ha superado el nivel discursivo y se ha trasladado al plano físico.
La ciudad de Baden-Baden expresó en un comunicado enviado a Juedische-Allgemeine que “el monumento conmemora el capítulo más oscuro de la historia alemana. Un ataque a este símbolo es simultáneamente un ataque a los valores fundamentales de la sociedad de la ciudad”. Como respuesta pública, se programó una vigilia el jueves a las 18:00 horas en el lugar del ataque.
El monumento fue erigido en 1988 por iniciativa del gobierno municipal, en memoria de la comunidad judía local que, el 10 de noviembre de 1938, fue obligada por los nazis a presenciar el incendio y saqueo de una sinagoga. La columna, dañada en el reciente ataque, forma parte de ese conjunto conmemorativo.