La organización Human Rights Watch (HRW) calificó un ataque aéreo israelí en una notoria prisión iraní como un “aparente crimen de guerra”. Además, el grupo acusa al gobierno de Teherán de causar daños a los prisioneros y de hacerlos desaparecer luego del ataque.
El ataque contra la prisión de Evin, uno de los principales centros de detención de Irán para activistas políticos y disidentes, ocurrió el 23 de junio. Este hecho tuvo lugar durante los 12 días de guerra que Israel mantuvo con la República Islámica.
El ataque se realizó durante las horas de visita, y alcanzó la entrada sur y norte de la prisión de Evin, junto con otras áreas del complejo. Esto se saldó con la destrucción de edificios que albergaban instalaciones médicas y pabellones de prisión.
Las autoridades iraníes, en un inicio, informaron que 71 personas murieron a causa del ataque aéreo. Entre las víctimas había civiles, reclusos, familiares de los visitantes y el personal de la prisión. Luego, los medios iraníes elevaron esa cifra a 80.
El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el general de brigada Effie Defrin, declaró que “dentro del complejo de la prisión, se llevó a cabo actividad de inteligencia contra Israel, incluido el contraespionaje”. Defrin aseguró que el ataque se ejecutó “de manera precisa, para evitar daños a los no involucrados”.
HRW considera que el ataque fue “ilegalmente indiscriminado” y que no hubo una advertencia previa. La organización, que estima que la prisión alberga a más de 1,500 reclusos, tampoco encontró evidencia de un objetivo militar antes de atacar el complejo penitenciario.
Michael Page, subdirector para Medio Oriente de HRW, señaló que “para empeorar las cosas, las fuerzas israelíes pusieron en grave riesgo a los prisioneros que ya eran víctimas de la brutal represión de las autoridades iraníes”. La organización también acusa al gobierno de Teherán de hacer desaparecer a algunos prisioneros.
Según HRW, los prisioneros fueron víctimas de “malos tratos y violencia” al ser sacados y al regresar a la prisión después del ataque. Entre los prisioneros desaparecidos se encuentra el médico sueco-iraní Ahmadreza Djalali, quien está en riesgo de ejecución.
Human Rights Watch afirma que Irán se ha negado a proporcionar información sobre el paradero de Djalali. Las llamadas a las autoridades iraníes no recibieron una respuesta inmediata el jueves, día festivo en el país. El ejército israelí tampoco ha respondido a las solicitudes de comentarios sobre los informes de HRW.
Amnistía Internacional también ha instado a iniciar una investigación por crímenes de guerra sobre el ataque a la prisión de Evin.