La municipalidad de Jerusalén congeló todas las cuentas bancarias del Patriarcado Ortodoxo Griego, según un comunicado de Protecting Holy Land Christians, un grupo fundado por Teófilo III, el patriarca de Jerusalén. El comunicado indica que esta decisión unilateral se tomó el miércoles 6 de agosto y que la razón detrás de la medida está relacionada con el impuesto a la propiedad de Arnona.
El acuerdo de décadas entre las iglesias y el Estado de Israel impedía a la municipalidad de Jerusalén cobrar impuestos sobre la propiedad a las instituciones cristianas. En 2018, la ciudad modificó la exención, aplicándola solo a propiedades dedicadas a la oración, enseñanza de la religión o necesidades asociadas a esta. El municipio empezó a cobrar facturas por decenas de millones de shekels.
Dicha exención ya no cubría actividades que atienden a los peregrinos, como casas de huéspedes y cafeterías. En ese momento, el entonces alcalde Nir Barkat congeló las cuentas bancarias de varias iglesias de Jerusalén. En respuesta, las iglesias cerraron la Iglesia del Santo Sepulcro durante tres días, en una protesta que terminó con la intervención del primer ministro Benjamin Netanyahu.
El municipio se retractó de su decisión en 2018 únicamente tras la intervención de Netanyahu. Desde entonces, las tensiones han resurgido varias veces entre la municipalidad y las autoridades eclesiásticas, en disputas por propiedades o actividades específicas. Las iglesias cumplen funciones vitales al mantener instituciones educativas, de bienestar y caritativas.
Las iglesias sirven a la población local, cristiana o no, y por este motivo, históricamente, nunca han pagado impuestos municipales o gubernamentales por sus propiedades. Esto ha sido así durante los períodos de dominio otomano, británico, jordano e israelí, dice el comunicado. Ahora, el Patriarcado Ortodoxo Griego no puede pagar los salarios de su clero, maestros y personal.
Otras iglesias enfrentan disputas similares en Jerusalén. Un caso judicial presentado contra el Patriarcado Armenio por la municipalidad de Jerusalén se discutirá en septiembre. Este hecho confirma un patrón de tensiones por el cobro de impuestos a instituciones religiosas en la ciudad.