Informes recientes señalan que Egipto planteó trasladar el armamento de Hamás a su territorio por un periodo indefinido, como parte de un plan destinado a reducir las capacidades militares del grupo durante la reconstrucción de la Franja de Gaza tras la guerra. El esquema contempla, además, la creación de un gobierno provisional compuesto por tecnócratas palestinos bajo la supervisión de la Autoridad Palestina.
Según la emisora pública Kan, la propuesta egipcia combinaría el desarme gradual con un horizonte político hacia un Estado palestino. Hamás expresó disposición para ceder la administración de Gaza a tecnócratas independientes, pero se ha negado a entregar su arsenal, lo que funcionarios árabes consideran difícil de concretar sin un proceso progresivo.
Hamás ha reiterado en público que no renunciará a sus armas, intentando preservar una situación similar a la que tuvo Hezbolá en Líbano antes de 2024, cuando no formaba parte del gobierno, pero mantenía influencia decisiva gracias a su armamento. Los países árabes proponen un escenario distinto para Gaza, con un gobierno respaldado por Estados vecinos que limite el poder residual de Hamás.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha rechazado cualquier rol de la Autoridad Palestina en la administración de Gaza tras la guerra. Esta posición podría obligar a Israel a asumir solo la gestión directa de la Franja y la provisión de servicios para cerca de dos millones de palestinos.