BRUSELAS, Bélgica (AFP) – La Comisión Europea condenó el lunes un desfile callejero belga por la presencia de carrozas antisemitas que, según dijo, eran “incompatibles” con los valores de la Unión Europea.
El carnaval de Aalst, un evento centenario en el centro de Bélgica conocido desde hace tiempo por burlarse de las figuras públicas, ha sido acusado en los últimos años de hacer desfilar representaciones insultantes y despectivas de los judíos.
El año pasado, perdió su lugar en la lista de patrimonio de la UNESCO por el antisemitismo.
El domingo, el desfile incluía caricaturas de judíos con narices ganchudas, obsesionados con el dinero y vestidos como insectos.
“Debería ser evidente que tales imágenes como las que hemos visto no deberían desfilar por las calles europeas, 75 años después de la Shoah”, dijo a los periodistas un portavoz de la Comisión, Adalbert Jahnz.
Dijo que el ejecutivo de la Unión Europea había recibido “una serie de quejas” sobre el acontecimiento de Alost, pero que correspondía a las autoridades nacionales belgas tomar medidas.
En lo que respecta a la Comisión Europea, Jahnz dijo que “nos oponemos firmemente a todas las formas de antisemitismo” y consideramos que las carrozas del desfile son “incompatibles con los valores y principios en los que se basa la Unión Europea”.
La vicepresidenta de la Comisión, Margaritis Schinas, dijo que el carnaval de Aalst era una “vergüenza”.
“Tiene que parar. No hay lugar para esto en Europa”, escribió Schinas en Twitter.
El carnaval atrae a decenas de miles de personas durante los tres días previos a la festividad católica del Miércoles de Ceniza y el inicio de la Cuaresma. Se enorgullece de su enfoque provocativo, sin restricciones.
Censura políticamente correcta
El alcalde de Aalst, Christoph D’Haese, defendió el evento, insistiendo en que no era antisemita.
Dijo que era importante tener en cuenta el “contexto general”, comparando el desfile con un “ritual de reversión” en el que, durante tres días, “los pobres se hacen ricos, los ricos pobres, los hombres se convierten en mujeres y las mujeres en hombres”.
“Aquí nos reímos de todo, la familia real, Brexit, la política local y nacional, y todas las religiones, el islam, el judaísmo y el catolicismo”, dijo.
Una carroza que representaba marionetas de judíos ortodoxos de nariz ganchuda con ratas sentadas en bolsas de dinero en el carnaval de 2019 causó revuelo y llevó a la UNESCO a retirarla de su lista de “patrimonio cultural intangible”.
Pero los carnavalistas entrevistados por la AFP el domingo no se arrepintieron, y uno de ellos se negó a ser nombrado diciendo que la controversia era “completamente exagerada”.
Otro, el doctor Guy Verhuslt, dijo que era una pena que “los judíos no tengan sentido del humor”.
Otros llevaban bozales para protestar contra lo que llamaban “la censura políticamente correcta”, mientras que la decisión de la UNESCO atrajo la burla, con carrozas que presentaban a la agencia cultural de la ONU como un “Gran Hermano” fisgón y vengativo.
La Primera Ministra belga Sophie Wilmes dijo que el carnaval “estaba causando daño a nuestros valores y a la reputación de nuestro país”.