El Consejo de Estado griego, el más alto tribunal, dictaminó el martes la prohibición de los sacrificios halal y kosher, lo que hizo saltar la alarma entre los grupos religiosos judíos, preocupados por la vulneración de las libertades religiosas.
El tribunal revocó el permiso de sacrificio permanente, concedido mediante una decisión ministerial que eximía a las prácticas de sacrificio ritual judías y musulmanas del requisito general de aturdir a los animales antes de matarlos.
La sentencia pedía además a los legisladores griegos que idearan un modo de satisfacer las demandas de los defensores de los derechos de los animales y las necesidades de los judíos y musulmanes que siguen las leyes sobre la alimentación en sus tradiciones.
“El gobierno debe regular la cuestión del sacrificio de animales en el contexto del culto de manera que se garantice tanto la protección de los animales de cualquier inconveniente durante el sacrificio como la libertad religiosa de los musulmanes y judíos que viven en Grecia”, citaba la sentencia el sitio de noticias griego Protothema.
“Ya advertimos en diciembre de las consecuencias a la baja que conllevaba la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo, y ahora vemos el resultado”, dijo a JTA el director general de la Asociación Judía Europea, el rabino Menachem Margolin.
“La libertad de religión judía está siendo atacada directamente. Empezó en Bélgica, se trasladó a Polonia y Chipre, y ahora le toca a Grecia”, advirtió.
Las prohibiciones de los sacrificios rituales se han aplicado en varios países de la región, como Suecia, Eslovenia, Estonia, Dinamarca y Finlandia.
Las prohibiciones forman parte de una lucha en toda Europa entre los activistas del bienestar animal y los representantes de las comunidades musulmana y judía.
El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJE) dictaminó el año pasado que todos los Estados miembros debían “conciliar el bienestar de los animales y la libertad de religión”.
La sentencia del TJE del 17 de diciembre confirmó efectivamente un decreto de 2017 del gobierno flamenco para prohibir el sacrificio ritual sin aturdimiento, tal y como exigen la mayoría de las interpretaciones de la ley judía y musulmana, pero dijo que la imposición de una regulación más estricta sobre el sacrificio ritual dependía de los propios Estados. La sentencia insta además a los Estados miembros a “tener en cuenta de forma adecuada y proporcionada la libertad de religión” a la hora de tomar este tipo de decisiones.