Un grupo secreto neonazi propaga en Australia mensajes de odio contra judíos, homosexuales e inmigrantes no blancos, lo que ha puesto en alerta a las autoridades del país que temen una escalada de la violencia.
La Resistencia de las Antípodas (Antipodean Resistance) creada en Melbourne en 2016, se define en su página web como una organización australiana de la juventud nacional socialista que venera a Adolf Hitler y aboga por la supremacía blanca en un país que califica de “enfermo terminal”.
“Somos los Hitler que esperabas”, asegura en su portal la Antipodean Resistance (AR), que dice tener al menos 300 integrantes en toda Australia y que, además de su propaganda, realiza actividades de adoctrinamiento y camaradería en lugares boscosos del país.
Sus miembros “tienen casi veinte años o más y son predominantemente varones (…) ocultan tanto sus nombres como sus rostros. Muchos de los líderes tienen una educación superior y provienen de familias privilegiadas, más que de las clases trabajadoras”, explicó Julie Nathan, investigadora del Consejo Ejecutivo Judío-Australiano.
A los judíos los culpan de controlar los mecanismos de poder en el mundo y creen, por ejemplo, que están detrás de la trama de un “genocidio blanco” a través de la inmigración masiva de personas no blancas a países de mayoría blanca como consideran a Australia, agregó.
Nathan piensa que AR tiene nexos con grupos neonazis extranjeros como la británica Acción Nacional, considerada como una organización terrorista; el Movimiento de Resistencia Nórdica, que es ilegal en Finlandia; y la estadounidense División AtomWaffen, vinculado a asesinatos y planes de explosión de bombas.
Las agencias de la inteligencia australiana estarían siguiendo los pasos a la AR por sus presuntos vínculos con organizaciones terroristas extranjeras, aunque este grupo asegura que no ha cometido ningún acto de violencia ni tiene conexiones ni respalda el terrorismo.
“Los miembros de estos grupos son diversos y tienen diferentes agendas, incluyendo ideologías de extrema derecha y de extrema izquierda”, según un informe de la agencia de inteligencia ASIO al Parlamento australiano citado por los medios.
En el informe, ASIO alerta que algunos de sus subgrupos apostarían por la violencia, aunque el Ministerio del Interior evitó pronunciarse sobre este asunto.
Nathan aseguró que la ideología y las actividades de AR, así como sus vínculos con el exterior convierten al grupo y a sus miembros en un peligro para la sociedad australiana en general.
La investigadora sostuvo que, si se permite al grupo realizar actividades de reclutamiento y de propagación del odio, “las consecuencias serán el derramamiento de sangre inocente en las calles de Australia”.
La legisladora laborista Anne Aly, experta en contraterrorismo y radicalización, indicó que el surgimiento de grupos supremacistas no debe sorprender y alertó de que organizaciones como AR, que realiza campamentos de radicalización, se están organizando mejor de cara a una guerra racial.
“Para que un acto terrorista suceda, solamente se necesita a una persona”, dijo Aly al advertir que incluso las actividades de bajo perfil suponen un peligro para Australia porque radicalizan a la gente joven.
La AR se hizo notoria por haber difundido mensajes el año pasado en las universidades de Melbourne amenazando con la deportación de los estudiantes chinos o sus campañas contra la legalización de matrimonios del mismo sexo en Australia.
En abril sus miembros colocaron pegatinas y afiches con mensajes como “Feliz cumpleaños Hitler” en las paredes de sinagogas en la sureña ciudad de Adelaida.
En Sídney pegaron otros con la imagen del dictador alemán haciendo el saludo romano con la esvástica detrás y con una estrella de David en llamas en el pie, y realizaron campamentos de entrenamiento en artes marciales.
“(AR) ha colocado afiches que dicen ‘legalicen la ejecución de judíos, satanizando a los judíos como el veneno de la sociedad australiana y culpando a los judíos por la inmigración de las personas no blancas”, denunció Nathan.