Harvard ha establecido nuevas protecciones para estudiantes judíos como parte de un acuerdo que resuelve dos demandas relacionadas con acusaciones de antisemitismo en la universidad. Este acuerdo incluye la adopción de la definición de antisemitismo propuesta por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), la cual será utilizada para evaluar posibles violaciones a las políticas de no discriminación y antibullying de la institución.
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Entre los compromisos asumidos por Harvard figura la publicación de un documento de Preguntas Frecuentes en línea, la presentación anual de informes durante cinco años sobre casos de discriminación y acoso, y la capacitación especializada para el personal encargado de gestionar estas quejas. Además, la universidad ha anunciado una colaboración oficial con una institución académica israelí, una decisión que ha generado rechazo entre grupos pro palestinos que instan a cortar lazos con Israel.
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En un comunicado, Harvard reafirmó su compromiso de fomentar un entorno inclusivo para estudiantes, docentes y personal judíos, señalando que seguirán los lineamientos de la IHRA, los cuales consideran antisemita caracterizar a Israel como un “esfuerzo racista” o equiparar sus políticas con las de los nazis. Este acuerdo responde a la presión ejercida en mayo por grupos proisraelíes, quienes solicitaron al presidente de la universidad, Alan Garber, adoptar la definición de la IHRA.
Las demandas iniciales, interpuestas bajo el Título VI de la Ley de Derechos Civiles de 1964, denunciaban que Harvard había permitido discriminación basada en raza, religión y origen nacional. Además, acusaban a la institución de ignorar solicitudes de protección de estudiantes judíos y de contratar a profesores que promovían discursos antijudíos. Aunque Harvard no admitió responsabilidad alguna, el acuerdo incluye disposiciones monetarias cuyo monto no se ha revelado.
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la guerra surgió tras la renuncia de Claudine Gay, expresidenta de Harvard, quien enfrentó críticas por su manejo del antisemitismo y acusaciones de plagio. A esto se sumaron dos demandas adicionales presentadas en junio por el Centro Louis D. Brandeis y la organización Jewish Americans for Fairness in Education, las cuales denunciaron que la universidad ignoraba el antisemitismo en el campus.
Aunque Harvard intentó desestimar las demandas, un juez federal permitió que avanzaran. Shabbos Kestenbaum, demandante principal en una de las querellas, no aceptó el acuerdo y continuará con el litigio de forma independiente.
Las tensiones aumentaron en universidades estadounidenses tras el ataque de Hamás contra Israel en octubre de 2023, que dejó más de 1.200 muertos y provocó manifestaciones masivas en campus, algunas de las cuales incluyeron consignas extremistas. En este contexto, diversas instituciones han enfrentado investigaciones federales y han implementado medidas para abordar el antisemitismo.
En junio, un informe de grupos de trabajo en Harvard destacó la prevalencia de discriminación contra comunidades judías y musulmanas, y recomendó medidas como formación contra el acoso y políticas claras para proteger a estudiantes. La adopción de la definición de antisemitismo de la IHRA busca establecer un marco común para identificar y combatir estos problemas.
Esta definición, creada en 2016, ha sido adoptada por 28 países y numerosas instituciones. En 2019, fue incluida en una orden ejecutiva de Donald Trump como referencia para abordar casos de discriminación en campus universitarios. Harvard, al unirse a esta iniciativa, busca reforzar su compromiso con la inclusión y el respeto en su comunidad académica.