La universidad enfrenta sanciones federales por permitir protestas anti-Israel; busca revertir el congelamiento de 2,200 millones de dólares.
Harvard alega violación de derechos por sanciones de la Casa Blanca
La Universidad de Harvard presentó el 21 de abril de 2025 una demanda contra la administración Trump con el objetivo de revertir la congelación de más de 2,200 millones de dólares en fondos federales. Según la universidad, esta medida vulnera derechos constitucionales y contraviene el Título VI de la Ley de Derechos Civiles. El gobierno federal justificó la sanción al señalar la falta de acciones efectivas por parte de Harvard frente a protestas anti-Israel que han derivado en expresiones de odio hacia estudiantes judíos y elogios a Hamás, una organización calificada como terrorista.
El rechazo de Harvard a un conjunto de exigencias emitidas el 11 de abril de 2025 desencadenó la congelación de fondos anunciada tres días después. Estas demandas incluían la eliminación de programas de diversidad, la entrega de datos de admisión y contratación, auditorías a programas académicos considerados antisemitas y la presentación de registros disciplinarios de estudiantes extranjeros vinculados a las protestas. La Casa Blanca afirmó que Harvard no puede recibir financiamiento público si permite un ambiente hostil hacia estudiantes judíos.
La respuesta de Harvard ante estas exigencias fue considerada insuficiente por el gobierno federal, que valoró como débiles las acciones del presidente universitario, Alan Garber. Aunque reconoció la existencia de antisemitismo, las medidas aplicadas, como la creación de grupos de trabajo, no respondieron de manera eficaz a la magnitud del problema. En consecuencia, la administración consideró necesarias sanciones adicionales, incluyendo la posible revocación del estatus de exención fiscal de la universidad.
Datos clave sobre la disputa entre Harvard y la administración Trump
- Harvard recibe cerca de 9,000 millones de dólares anuales en fondos federales.
- La congelación de fondos afecta principalmente proyectos de investigación médica.
- El Departamento de Seguridad Nacional pidió registros disciplinarios de estudiantes extranjeros.
- Más de 100 estudiantes internacionales denunciaron en Georgia la retirada de sus visas.
- La Universidad de Columbia aceptó parcialmente las exigencias para evitar sanciones similares.
Congelamiento de fondos impacta investigaciones médicas críticas
Las sanciones impuestas incluyen la interrupción de subvenciones destinadas a estudios biomédicos sobre enfermedades como la tuberculosis y la esclerosis lateral amiotrófica. Esta congelación se anunció el 14 de abril de 2025, poco después de que Harvard rechazara públicamente las condiciones impuestas por la administración. Además, según The Wall Street Journal, el gobierno propuso eliminar 1,000 millones de dólares adicionales en fondos vinculados a salud tras la divulgación de la carta del 11 de abril.
La misiva fue enviada sin autorización formal por Sean Keveney, consejero general interino del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Aunque la administración considera que Harvard debió confirmar su autenticidad, la universidad sostiene que el documento, con papelería oficial y firmas de altos funcionarios, no generó dudas razonables. A pesar del error, la Casa Blanca mantiene la validez de las sanciones, al considerar que la universidad ha permitido incitación antiisraelí.
Linda McMahon, secretaria de Educación, aseguró que los contribuyentes no deben financiar instituciones que toleran el antisemitismo. Esta postura fue reforzada por el portavoz Harrison Fields, quien señaló que la decisión responde directamente a la falta de protección de los estudiantes judíos. Según sus declaraciones, el financiamiento federal es un privilegio que Harvard ha perdido al ignorar sus responsabilidades.
El caso de Harvard ha sido tomado como ejemplo por otros centros de estudios superiores, al representar la primera acción legal contra las sanciones del gobierno. Mientras tanto, se han solicitado todos los documentos del Grupo de Trabajo Presidencial para Combatir el Antisemitismo y el Sesgo Antiisraelí, con fecha límite de entrega el 2 de mayo de 2025, con el fin de evaluar el cumplimiento institucional.
Protestas en el campus y críticas a la respuesta universitaria
Las manifestaciones que siguieron al ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, en el que murieron 1,200 personas y se tomaron 251 rehenes en Israel, intensificaron las expresiones antisemitas en universidades como Harvard. En junio de 2024, el grupo de trabajo interno confirmó que estudiantes judíos fueron acosados e intimidados durante estas protestas, donde se glorificó a Hamás y se denigró a Israel. La respuesta institucional incluyó aclaraciones sobre políticas contra la discriminación y la ampliación de servicios de alimentación kosher.
Estas acciones fueron consideradas insuficientes por la administración, que comparó la respuesta de Harvard con la de la Universidad de Columbia. Esta última adoptó parte de las exigencias para evitar sanciones después de enfrentar amenazas por la posible pérdida de 400 millones de dólares en fondos. La negativa de Harvard a colaborar se interpreta como una falta de compromiso para erradicar el antisemitismo.
Desde el inicio del nuevo mandato presidencial en enero de 2025, el Grupo de Trabajo Federal para Combatir el Antisemitismo ha señalado a diez universidades, identificando a Harvard como un caso emblemático. El rechazo de las condiciones federales por parte del presidente Garber ha sido interpretado por el gobierno como una resistencia injustificada a asumir responsabilidades mínimas.
Distintas figuras públicas han respaldado las medidas. Mark Goldfeder, del Centro Nacional de Defensa Judía, afirmó en la red X que las universidades no pueden reclamar fondos públicos si permiten el antisemitismo. Usuarios como @eduardomenoni y @nypost han reiterado la necesidad de sancionar con firmeza a Harvard por tolerar manifestaciones pro-Hamás en su campus.
División en el campus y batalla legal en curso
En el entorno universitario, las reacciones han sido mixtas. El capítulo de Hillel en Harvard condenó las sanciones por considerar que afectan proyectos apolíticos y a estudiantes israelíes. Además, más de 100 estudiantes judíos firmaron una carta donde denuncian que las exigencias gubernamentales los convierten en instrumentos de una agenda política. A pesar de estas objeciones, la administración considera que las medidas adoptadas son necesarias para erradicar un problema estructural.
El expresidente y actual mandatario, Donald Trump, calificó públicamente a Harvard como una “desgracia”, señalando que la institución representa un ejemplo del sesgo liberal en la academia. Esta visión refleja una postura extendida en el entorno conservador, que aboga por acciones contundentes frente a universidades que no actúan contra el antisemitismo.
La demanda de Harvard busca anular la congelación de fondos y frenar la ejecución de otras sanciones, alegando que vulneran su autonomía institucional. El proceso legal podría extenderse, con una posible intervención del Departamento de Justicia para supervisar el cumplimiento de las medidas. Se espera que el desenlace del caso influya en la conducta de otras universidades ante situaciones similares.
Por el momento, las sanciones contra Harvard siguen vigentes, como una respuesta directa a su incapacidad para controlar protestas que glorifican a una organización terrorista y crean un entorno inseguro para estudiantes judíos. La administración federal insiste en que las universidades deben rendir cuentas cuando fallan en garantizar espacios libres de odio.