La reciente nominación de Mike Huckabee como embajador de Estados Unidos en Israel es una de las decisiones clave tras el triunfo electoral de Donald Trump en noviembre. Huckabee, exgobernador de Arkansas, se ha destacado por su respaldo incondicional al Estado de Israel.
Desde hace años, Huckabee defiende la seguridad y la soberanía israelíes, además de apoyar el reconocimiento de Jerusalén como capital histórica y el derecho de los judíos a habitar su tierra ancestral. Su designación refuerza la postura de Trump respecto a las relaciones con Israel.
Huckabee ha viajado a Israel casi un centenar de veces desde 1973, cuando lo visitó por primera vez siendo adolescente. Ha liderado numerosas delegaciones y participado en misiones organizadas por la Fundación del Patrimonio de Israel (IHF), destacándose por su compromiso con el país.
El pasado domingo, la IHF ofreció una cena en el UN Plaza Grill para homenajear a Huckabee y reconocer su respaldo a Israel. Más de 80 personas asistieron al evento, incluyendo figuras destacadas como Danny Danon, embajador de Israel ante la ONU, y Bruce Blakeman, ejecutivo del condado de Nassau.
El Rabino David Katz, director ejecutivo de la IHF, elogió el compromiso de Huckabee con Israel. Katz recordó que en su última visita al país, los nuevos Grandes Rabinos de Israel y miembros del Knéset manifestaron su interés en reunirse con el próximo embajador estadounidense.
Durante su intervención, Katz subrayó la importancia de los esfuerzos diplomáticos de Huckabee para lograr la paz en la región. Según sus palabras, estabilizar Israel impacta directamente en la paz mundial.
Por su parte, el Dr. Joseph Frager, vicepresidente ejecutivo de la IHF, coincidió en la necesidad de reforzar la seguridad de Israel y destacó la urgencia de derrotar a grupos como Hamás y frenar la influencia de Irán, señalando que esto es vital para la supervivencia del Estado judío.
En el evento, también intervinieron Jonathan Burkan, presidente honorario de la IHF, y el Dr. Stephen Soloway, presidente ejecutivo. Kenneth Abramowitz y Harley Lippman, director de Genesis10, abogaron por un cambio de régimen en Irán y destacaron que dicho cambio beneficiaría tanto a Israel como a Estados Unidos.
Antes de presentar a Huckabee, Lippman relató un gesto significativo del exgobernador. En 2014, tras llegar a Israel, Huckabee fue directamente a visitar a las familias de tres niños secuestrados, lo que, según Lippman, refleja su calidad humana.
En su discurso, Huckabee calificó su nominación como embajador en Israel como un honor que culmina años de admiración por esa tierra y su gente. Afirmó que su mudanza a Israel junto a su esposa Janet no será temporal, sino con un propósito definido.
El exgobernador describió los cambios que ha presenciado en Israel desde sus primeras visitas. Recordó un país desértico en 1973 que hoy florece gracias al esfuerzo y la innovación de su pueblo.
Huckabee también criticó la falta de reconocimiento en Estados Unidos sobre los aportes de Israel en tecnología, salud y agricultura. Subrayó que muchas mejoras que disfrutan los estadounidenses provienen de los avances desarrollados en Israel.
Además, destacó el compromiso de Israel con la protección de sitios sagrados de todas las religiones. Señaló que el gobierno israelí cuida tanto los lugares judíos y cristianos como los musulmanes, algo que muchos desconocen.
Respecto a Irán, Huckabee insistió en que un cambio de régimen es necesario para la seguridad regional. Cree que los países del Golfo reconocerán que Israel no representa una amenaza, sino que busca vivir en paz y seguridad.
Hombre de fe, Huckabee vincula sus convicciones religiosas con su postura sobre Israel. Atribuye las victorias militares del país a la intervención divina y considera que su compromiso con la tierra prometida es un mandato histórico.
Para Huckabee, los triunfos israelíes no se deben a superioridad militar, sino a la defensa de su vida, cultura y fe. Cree que esa motivación ha merecido el favor divino en momentos clave de la historia moderna.
El exgobernador también reflexionó sobre el antisemitismo, calificándolo como un odio irracional vinculado a la rebeldía contra las normas divinas. Animó a los judíos a sentirse orgullosos de su fe, afirmando que el rechazo que sufren refleja la incomodidad de muchos con las leyes morales establecidas por Dios.
En la cena, Huckabee concluyó con un mensaje contundente: quienes se oponen a los valores judeocristianos lo hacen por rechazar la idea de un ser superior. “Creemos que Dios nos creó, no al revés. Y estamos llamados a seguir sus leyes, no a imponer las nuestras”.