Una pareja israelí fue abucheada el domingo al salir de un espectáculo de comedia en Edimburgo tras expresar al comediante que su chiste sobre Israel no les parecía gracioso, informó un periodista de The Telegraph presente en el evento.
Dominic Cavendish, crítico teatral principal del diario británico, tituló su reseña del comediante Reginald D Hunter como “El momento más feo del Fringe que he presenciado”.
El incidente se desató durante una actuación en el Festival Fringe de Edimburgo, cuando Hunter comentó un documental en el que una esposa abusiva acusaba a su marido de maltrato, diciendo: “Dios mío, es como estar casado con Israel”. Aunque el público se rió, la pareja israelí, que estaba en primera fila, interrumpió gritando: “No es gracioso”.
Hunter respondió burlándose de ellos, señalando que “parecían tontos” al considerar que el chiste no era gracioso mientras el público reía. Añadió sarcásticamente: “Mira cómo haces que todo el mundo ame a Israel aún más”. La multitud se unió abucheando a la pareja y coreando consignas como “Palestina libre”, “Maníaco genocida” y “Vete a la mierda”.
La pareja finalmente decidió abandonar el lugar. A pesar de que se supo que el hombre estaba discapacitado, Hunter continuó riéndose de ellos abiertamente, según The Telegraph. Tras su salida, Hunter repitió un comentario hecho por su pareja sobre el Jewish Chronicle, un periódico judío británico, que utilizó un tropo antisemita al decir: “Típicos malditos judíos, no te dirán nada a menos que te suscribas”, sugiriendo erróneamente que el sitio web tiene un muro de pago.
El incidente fue calificado de “extremadamente preocupante” por la Campaña Contra el Antisemitismo, que criticó a Hunter por hacer bromas mientras los judíos eran expulsados de su espectáculo, considerándolo un acto de vileza disfrazado de comedia. La organización también anunció que sus abogados estaban investigando el incidente y pidió a otros asistentes que compartieran sus testimonios.
Hunter ya había sido acusado de antisemitismo en 2006 por bromear sobre la negación del Holocausto, lo que provocó una gran indignación. En esa ocasión, Hunter se defendió argumentando que su broma trataba sobre la libertad de pensamiento y expresión, y no sobre los judíos.
Este no es un incidente aislado. En febrero, otro israelí fue expulsado de un teatro en Londres por el comediante Paul Currie, después de negarse a aplaudir la bandera palestina durante el espectáculo, lo que desató una reacción similar del público presente.