Anthony Albanese, primer ministro de Australia, enfrentó abucheos el martes mientras inspeccionaba los restos de una sinagoga en Melbourne, destruida en un ataque incendiario la semana pasada. Los manifestantes lo acusaron de ser responsable y criticaron la demora en su visita.
Albanese se reunió con líderes judíos frente a la sinagoga, comprometiéndose a apoyar su reconstrucción, tras lo que calificó como “un crimen malvado”. En un video difundido en redes sociales, se le ve rodeado por medios y miembros de la comunidad mientras ofrecía declaraciones frente a la sinagoga Adass Israel, un instituto haredí.
Cuando regresaba a su vehículo, algunos asistentes comenzaron a increparlo. Una mujer lo acusó de permitir el ataque, mientras otro hombre, cuya intervención quedó parcialmente inaudible, gritó: “Señor primer ministro, usted perpetró…”. Entre otras expresiones, alguien sugirió que viviera en Gaza, aludiendo a la postura percibida como propalestina del gobierno.
News.com informó que líderes judíos habían solicitado no abuchear a Albanese, aunque el retraso en su visita generó descontento. A pesar de los insultos, algunas personas agradecieron al personal de seguridad que permanecía en el lugar.
Durante su visita, Albanese se reunió con Yumi Friedman, presente en el interior de la sinagoga durante el ataque, según 9News. Las autoridades antiterroristas buscan a tres sospechosos responsables del incendio registrado en la madrugada del viernes.
El ataque, calificado como un acto de terrorismo y antisemitismo por Albanese, recibió condenas internacionales. Un destacado grupo judío de derechos humanos advirtió que Australia podría dejar de ser un lugar seguro para visitantes judíos. El incidente dejó a un congregante levemente herido y tensó las relaciones entre Australia e Israel, además de afectar la relación con la comunidad judía local.
Con un kipá y rodeado de líderes judíos, Albanese declaró: “Este ataque incendiario es un acto de terrorismo. Fue alimentado por el antisemitismo y avivado por el odio. Somos un país que necesita unirse”. Planeaba ofrecer una conferencia de prensa sobre el ataque más tarde el mismo día.
El embajador israelí en Australia, Amir Maimon, visitó también la sinagoga, describiendo el ataque como “impactante y triste”. Lo calificó de terrorismo, según informó 9News. Por su parte, altos mandos policiales consideran que se trata de un incidente terrorista, movilizando recursos de varias agencias para investigar.
El lunes, el gobierno australiano anunció la creación de un grupo de trabajo sobre antisemitismo para abordar este y otros ataques recientes. La policía estatal, federal y el servicio de inteligencia nacional colaborarán para identificar a los responsables, según el jefe de policía de Victoria, Shane Patton.
En un principio, la policía no clasificó el incendio como terrorismo, pero posteriormente lo designó como sospechoso de ser un ataque terrorista, lo que otorga a los investigadores mayores poderes y recursos, incluida la detención preventiva.
Se han intensificado las patrullas en zonas judías de Melbourne para tranquilizar a la comunidad, mientras aumentan los incidentes antisemitas en Australia. Recientemente, se vandalizó la oficina de un diputado judío en Melbourne y se pintaron grafitis antisemitas en automóviles en Sídney.
El Centro Simon Wiesenthal, grupo judío de derechos humanos, criticó al gobierno australiano por no combatir el antisemitismo de manera efectiva. En una carta al embajador de Australia en Estados Unidos, advirtió a los judíos del mundo sobre los riesgos de visitar Australia.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó al gobierno australiano de fomentar sentimientos antiisraelíes, relacionando el ataque con la postura del gobierno laborista. Días antes, Australia votó a favor de una resolución de la ONU que exige el fin de la “presencia ilegal de Israel en el Territorio Palestino Ocupado”.
Desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el año pasado, han aumentado los incidentes antisemitas e islamófobos en Australia. Aunque las protestas a favor de Palestina han sido mayoritariamente pacíficas, el gobierno expresó preocupación por su impacto en la cohesión social.