Los familiares de una Sarah Halimi de París que fue asesinada por su vecino musulmán mientras éste profería insultos antisemitas y estaba drogado con marihuana han perdido su última apelación para que el asesino sea juzgado.
En su decisión del miércoles, el Tribunal Supremo de Apelaciones de la Corte de Casación confirmó las sentencias de los tribunales inferiores de que Kobili Traore no puede ser juzgado por el asesinato de Sarah Halimi en 2017 porque estaba demasiado drogado con marihuana para ser penalmente responsable de sus acciones.
El manejo del asesinato de Sarah Halimi ha sido un acontecimiento decisivo para muchos judíos franceses, que dicen que subraya los fracasos del Estado francés en el tratamiento del antisemitismo.
Traore irrumpió en el tercer piso del apartamento de Halimi, una médico y educadora de 60 años, gritó sobre Alá, la llamó demonio y golpeó a Halimi. A continuación, el intruso arrojó a Sarah Halimi por la ventana.
Traore gritó entonces por la ventana: “Una señora se ha caído por la ventana”, y huyó del lugar, según los testigos. La policía lo atrapó en las inmediaciones.
Un tribunal de apelación dijo que Traore, que ahora tiene unos 30 años, tenía prejuicios antisemitas y que el asesinato estaba en parte relacionado con ellos. Pero también aceptó las alegaciones de la defensa de que Traore estaba demasiado drogado para ser juzgado por sus acciones y fue internado en un centro psiquiátrico.
El grupo que reune a las comunidades judías francesas (CRIF) lo calificó de “error judicial”. El fundador de la Oficina Nacional de Vigilancia contra el Antisemitismo, un organismo de vigilancia comunal conocido como BNVCA, dijo que “ya no tenía plena confianza en que los delitos de odio antisemita en Francia se manejan adecuadamente”.