Egipto expuso el lunes un conjunto de artefactos antiguos de hace 2.500 años que, según las autoridades de antigüedades del país, fueron desenterrados recientemente en la famosa necrópolis de Saqqara, cerca de El Cairo.
Los artefactos se mostraron en una exposición improvisada a los pies de la pirámide escalonada de Djoser en Saqqara, a 24 kilómetros (15 millas) al suroeste de la capital egipcia.
Según Mostafa Waziri, jefe del Consejo Supremo de Antigüedades, el hallazgo incluye 250 sarcófagos pintados con momias bien conservadas en su interior, así como 150 estatuas de bronce de antiguas deidades y vasijas de bronce utilizadas en los rituales de Isis, la diosa de la fertilidad en la antigua mitología egipcia, todo ello del Período Tardío, alrededor del año 500 a.C.
También se expuso una estatua de bronce sin cabeza de Imhotep, el principal arquitecto del faraón Djoser, que gobernó el antiguo Egipto entre 2630 a.C. y 2611 a.C.
Los artefactos se trasladarán para una exposición permanente en el nuevo Gran Museo Egipcio, un megaproyecto aún en construcción cerca de las famosas pirámides de Guiza, a las afueras de El Cairo.
El yacimiento de Saqqara forma parte de una extensa necrópolis en la antigua capital egipcia de Menfis que incluye las pirámides de Guiza y las pirámides más pequeñas de Abu Sir, Dahshur y Abu Ruwaysh. Las ruinas de Menfis fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en la década de 1970.
Egipto ha promocionado intensamente los recientes hallazgos arqueológicos, con la esperanza de atraer más turistas al país. Su sector turístico, una de las principales fuentes de divisas, sufrió años de agitación política y violencia tras el levantamiento de 2011 que derrocó al ex presidente Hosni Mubarak.
Recientemente, el sector ha empezado a recuperarse de la pandemia de coronavirus, para volver a verse afectado por los efectos de la guerra de Rusia contra Ucrania. Junto con Rusia, Ucrania es una fuente importante de turistas que visitan Egipto.