Un enigmático hallazgo arqueológico en Jerusalén podría arrojar luz sobre las relaciones comerciales entre el reino de Saba y la ciudad santa en tiempos del rey Salomón.
La inscripción en un frasco de arcilla
Una inscripción en un frasco de arcilla del período del Primer Templo, descubierta cerca del Monte del Templo, ha sido recientemente descifrada por el Dr. Daniel Vainstub. La inscripción menciona uno de los ingredientes utilizados en el incienso del Templo: el labdanum, una resina aromática.
Según Vainstub, la escritura y el lenguaje de la inscripción provienen del reino de Saba, ubicado a más de 2.000 kilómetros de Jerusalén, lo que sugiere una conexión comercial entre ambos reinos.
El reino de Saba y Jerusalén
El reino de Saba, ubicado en lo que hoy es Yemen, tenía relaciones comerciales y culturales con otras regiones, incluida la Tierra de Israel. Sin embargo, esta es la primera vez que se encuentra una inscripción en árabe meridional antiguo en Jerusalén.
Esta inscripción respalda la hipótesis de que existían fuertes lazos comerciales entre el reino de Saba y Jerusalén en tiempos del rey Salomón.
La resina de goma en el incienso del Templo
El labdanum, la resina mencionada en la inscripción, era un ingrediente clave en la mezcla de incienso empleada en el Templo de Jerusalén. Este descubrimiento respalda la idea de que el escriba que grabó la inscripción podría haber sido un nativo del reino de Saba que participaba en el suministro de especias para el incienso del Templo.
Además, otros textos bíblicos mencionan la presencia de “aromáticos y «el buen aceite»” en el tesoro real, lo que sugiere que estos ingredientes eran altamente valorados en la época.
La visita de la reina de Saba a Jerusalén
La inscripción también podría avivar el debate sobre la historicidad de la visita de la reina de Saba al rey Salomón, como se relata en el Libro de los Reyes y en Crónicas. Aunque la inscripción en sí misma no confirma directamente esta visita, apunta a una conexión más sólida entre los dos reinos en esa época.
En conclusión, este descubrimiento arqueológico ofrece un vistazo a las relaciones comerciales y culturales que existían entre el reino de Saba y Jerusalén durante el reinado del rey Salomón y sugiere la existencia de intercambios de bienes y conocimientos entre estas dos regiones.