Las continuas protestas de las últimas semanas en Judea y Samaria contra la Autoridad Palestina por el asesinato del activista de la oposición Nizar Banat a manos de las fuerzas de seguridad han provocado fuertes críticas a la AP por la represión.
Según un informe del Instituto de Investigación de Medios de Comunicación de Oriente Medio publicado el martes, las protestas han expresado un profundo descontento por la corrupción existente y la ausencia de democracia. Los disturbios se produjeron tras la decisión tomada esta primavera por el presidente de la AP, Mahmud Abbas, de aplazar las elecciones por temor a perderlas en favor de otras facciones.
Denunciando a las autoridades, cientos de manifestantes han coreado el “derrocamiento del régimen”.
En respuesta, la AP ha lanzado contraprotestas en las que miembros de Al Fatah han afirmado que la oposición es “un intento de golpe de Estado dirigido por Hamás”. Por ejemplo, el vicepresidente de Fatah, Mahmoud Al-Aloul, dijo en un mitin en Ramallah: “¡No provoquen a Al Fatah, porque no tendremos piedad con nadie!”.
En respuesta, según el informe, la prensa palestina ha criticado duramente la gestión de Al Fatah del incidente de Banat y la conducta de los funcionarios del movimiento.
Artículos de académicos e intelectuales, así como de políticos actuales y antiguos, han expresado su decepción por el hecho de que Al Fatah, que se fundó originalmente como un movimiento de liberación nacional, se haya convertido en un partido gobernante que, según ellos, “defiende ciegamente a la AP contra las críticas legítimas”.