Los Emiratos Árabes Unidos han prometido 15 millones de dólares para ayudar a la reconstrucción del campo de refugiados de Jenín tras la mayor operación militar israelí en Judea y Samaria en casi dos décadas.
El ataque, que tuvo lugar en el transcurso de dos días y en el que las excavadoras despejaron canales para los soldados y retiraron posibles bombas de carretera en la región densamente habitada de unos 20.000 habitantes, destruyó gravemente las pequeñas calzadas y callejones del campo. El compromiso efectivo llegó el jueves. Los bordes de las carreteras estaban sembrados de coches destrozados y quemados, algunos de ellos volcados.
Como resultado de la operación, cientos de palestinos se vieron obligados a abandonar sus hogares tras los ataques israelíes. En total, 12 terroristas fueron eliminados. Israel afirma que todos los fallecidos participaban activamente en los combates.
Según la agencia de noticias estatal WAM de los EAU, los fondos se transferirían a la UNRWA, la agencia de la ONU que apoya a los refugiados palestinos, para ayudar a pagar los servicios de la agencia y la reconstrucción de casas y negocios destruidos en el reciente conflicto. La UNRWA ha tenido problemas para conseguir el dinero que necesita para llevar a cabo sus actividades cotidianas.
Los representantes de la agencia informaron de que varios de sus edificios habían resultado dañados, incluidas las ventanas y paredes de un centro de salud y la carretera de acceso a una escuela.
Aunque la UNRWA necesitaba 300 millones de dólares para seguir ayudando a los palestinos, solo recaudó 107 millones durante una conferencia de donantes celebrada el mes pasado. Incluso cuando el jefe de la ONU declaró que la UNRWA “está al borde del colapso financiero”, la agencia seguía quedándose corta.
Israel comenzó su operación en el campamento el lunes, declarando que su propósito era destruir armas y detener a individuos. La zona está reconocida desde hace años como refugio de terroristas palestinos. Utilizaron la fuerza aérea y lanzaron cientos de hombres sobre la zona.
En 2002 se produjo un importante asalto israelí en Jenín; duró ocho días y se conoció como la batalla de Jenín, y algunas de las imágenes de Jenín recordaban a las de aquella invasión, como enormes excavadoras del ejército destrozando las calles del campo.
Conocida internamente como “Bayit Vagan” (literalmente “Hogar y Jardín”), una referencia al nombre bíblico de Jenín, el objetivo declarado de la operación era acabar con el estatus del campo de refugiados como “ciudad refugio” de terroristas palestinos, restaurar la disuasión y dar a las tropas israelíes más “libertad de acción” a la hora de realizar futuras incursiones en la ciudad.
Desde principios de año, los islamistas procedentes de Jenín han llevado a cabo más de cincuenta ataques a tiros, y diecinueve palestinos buscados se han dirigido allí en un intento de evitar su captura.
Al menos ocho depósitos de armas, seis laboratorios de explosivos con cientos de artefactos preparados, tres salas de guerra utilizadas por los tiradores palestinos para vigilar a las fuerzas israelíes y otras “infraestructuras terroristas” fueron descubiertas y destruidas por las fuerzas de la FDI durante el asalto, en el que participaron más de 1.000 soldados.
Tras el gran atentado con bomba del mes pasado, que causó varios heridos entre las tropas, el ejército decidió tomar medidas preventivas abriendo múltiples caminos en el campo para descubrir los lugares donde la información indicaba que habría artefactos explosivos improvisados.
El ejército tiene grandes esperanzas de que las incursiones antiterroristas en Jenín puedan llevarse a cabo con muchos menos efectivos y sin el mismo nivel de fuerte oposición observado durante el último año.