Egipto ha luchado hasta ahora por reconciliar a Hamás y a la Autoridad Palestina tras mediar en un alto el fuego el mes pasado entre el Estado judío de Israel y los terroristas de Hamás en Gaza.
Egipto había invitado a las facciones palestinas a una reunión urgente en El Cairo, fijada para el 12 de junio, para debatir una visión unificada del liderazgo palestino. Sin embargo, el 10 de junio, dos días antes de la reunión prevista, El Cairo notificó a los palestinos que posponía las conversaciones.
Las autoridades egipcias no revelaron los motivos de la decisión de posponer las conversaciones. Pero parece que la medida refleja la incapacidad de El Cairo para encontrar denominadores comunes entre los principales movimientos palestinos rivales, Hamás y Fatah. Parece que El Cairo no estaba dispuesto a celebrar una reunión que no condujera a resultados positivos.
Mahmoud Merdawi, miembro de Hamás, declaró: “Las facciones palestinas no aceptaron un diálogo en Egipto. Lo que realmente ocurrió fue que Egipto cursó invitaciones a varias facciones palestinas para mantener conversaciones [por separado] sobre la posibilidad de celebrar un diálogo nacional. El 10 de junio, el jefe del politburó de Hamás, Ismail Haniyeh, se reunió con el jefe de la inteligencia egipcia, Abbas Kamel, durante una visita a El Cairo. Pero la iniciativa egipcia fracasó debido a los plazos de algunas partes. Cualquier diálogo nacional debe ir precedido de coordinación, preparación y disposición”.
Merdawi añadió: “La consecución de la unidad nacional debe basarse en unos fundamentos sólidos, y esto no es una demanda solo de Hamás, sino también una demanda pública y de las facciones. Sin embargo, la unidad no puede lograrse a menos que todos los palestinos estén de acuerdo. Un mes y medio antes, estábamos a punto de embarcarnos en una vía electoral en la que todas las facciones estaban de acuerdo. Pero Fatah la detuvo arbitrariamente, sin ninguna coordinación con el resto de las fuerzas”.
Son muchas las razones que han llevado al fracaso de la celebración del diálogo de El Cairo. Por un lado, las facciones palestinas tienen prioridades discrepantes que pretenden conseguir a través del diálogo. El objetivo de Hamás es reformar la Organización para la Liberación de Palestina, mientras que Fatah quiere limitar el diálogo a la formación de un gobierno de unidad nacional. La segunda cuestión tiene que ver con las exigencias de las partes participantes en el diálogo y sus funciones. Hamás exigió la participación del presidente palestino Mahmud Abbas como líder de Fatah, mientras que Fatah se opuso a la participación de las nuevas facciones de Gaza, como el movimiento Al-Ahrar, los Comités de Resistencia Popular y el movimiento Al-Mujahedeen, diciendo que están apoyados por Hamás. La tercera razón es la insistencia de Hamás en que el diálogo aborde la estructura del sistema político palestino y que la reconstrucción de la Franja de Gaza no tenga que pasar por la Autoridad Palestina (AP).
Mustafa al-Sawaf, antiguo redactor jefe del periódico Felesteen de Gaza, declaró: “El diálogo se pospuso porque Abbas no quería asistir, sabiendo que es quien toma las decisiones. Sin embargo, su negativa a acudir a El Cairo conlleva un motivo ulterior para dilatar y aplazar el proceso y no acatar los resultados de las reuniones de diálogo. En consecuencia, Egipto se dio cuenta de que no se iba a llegar a un entendimiento y no quería que el diálogo se estrellara contra un muro”.
Sawaf añadió: “Un diálogo nacional debe empezar por hablar de la reforma de la OLP y [celebrar] las elecciones palestinas, antes de hablar de la formación de un gobierno. Esta es la postura de la mayoría de las facciones palestinas, excepto Fatah. Egipto quería que el diálogo tuviera éxito porque está interesado en añadirlo a su historial diplomático. Pero cuando Egipto se dio cuenta de que el diálogo no daría resultados positivos, decidió que no tenía por qué participar en un proceso fallido”.
Tras el fin de la guerra entre Israel y los terroristas de Hamás, el 21 de mayo, se produjo un notable acercamiento entre Egipto y Hamás. Ha habido visitas mutuas entre funcionarios de ambas partes. Mientras tanto, Egipto envió ayuda y equipos a la Franja de Gaza para ayudar a retirar los escombros de la última ronda de combates. La cobertura positiva de los medios de comunicación egipcios sobre la actuación de los grupos palestinos, la llegada de periodistas egipcios a Gaza y la emisión sin precedentes de programas de televisión desde la Franja de Gaza también reflejaron el cambio de postura de Egipto hacia Hamás.
Un funcionario palestino cercano a Abbas declaró bajo condición de anonimato: “Hamás se sintió ‘victorioso’ tras la guerra en Gaza y pensó que podía imponer la agenda de un diálogo nacional, pero esto no es correcto. La autoridad legítima reconocida internacionalmente [la AP] representa a los palestinos ante la comunidad internacional, lejos de los intentos de Hamás de crear entidades paralelas y excluir a la AP de los esfuerzos de reconstrucción de Gaza. El mundo solo reconoce a la AP y trata con ella para aliviar la crisis humanitaria en la Franja de Gaza”.
Los palestinos se sienten frustrados tras el aplazamiento del diálogo nacional en El Cairo. En una declaración del 10 de junio, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) describió la decisión de cancelar el diálogo inter-palestino como una afirmación del fracaso del sistema político palestino en su forma actual a la hora de asumir sus responsabilidades hacia un nuevo liderazgo, de manera que se preserven los intereses palestinos.
Talal Okal, analista político del periódico Al-Ayyam, con sede en Ramallah, declaró: “Las reuniones privadas de las delegaciones de Fatah y Hamás con la parte egipcia revelaron su desacuerdo sobre la agenda del próximo diálogo. Por lo tanto, las reuniones no dieron resultados positivos y los egipcios prefirieron posponer el diálogo hasta que las cosas maduren. En este momento, cada parte tiene sus propias reservas, y la reconciliación [palestina] se enfrenta a mayores complicaciones tras el aplazamiento de las elecciones legislativas, la reciente guerra y posterior reconstrucción de la Franja de Gaza”.
El Cairo ha hecho un gran esfuerzo en los últimos meses para reunir a Al Fatah y Hamás, y no puede abandonar el expediente palestino. Por tanto, el aplazamiento de la reunión de las facciones palestinas no significa que Egipto se haya lavado las manos, a pesar de su frustración por este temprano fracaso. Parece que podría haber otro intento por parte de Egipto de reunir a los dos movimientos, pero esto debe ir precedido de la creación de un mejor ambiente para el éxito del diálogo. Egipto sigue interesado en mantener su influencia exclusiva en el ámbito palestino.