El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, afirmó el jueves que Israel debería ser despojado de su membresía en las Naciones Unidas por no aceptar una solución de dos Estados al conflicto y negar el retorno de los refugiados palestinos a sus hogares. “Israel, que se niega a aplicar las resoluciones de las Naciones Unidas, no merece ser miembro de esta organización internacional”, declaró Abbas durante su intervención ante la Asamblea general de la ONU. Además, anunció que presentará una solicitud formal al respecto.
Abbas argumentó que Israel no ha cumplido con las condiciones establecidas para su membresía en la ONU desde 1949, año en que presentó su solicitud. La primera de estas condiciones fue la aceptación de la Resolución 181, la cual apoyaba el plan de partición de 1947 que contemplaba la división del territorio de la Palestina bajo mandato británico en un Estado judío y un Estado árabe. La segunda condición era la aceptación de la Resolución 194, que exigía el derecho al retorno de los palestinos desplazados durante la Guerra de la Independencia de 1948.
El presidente palestino también pidió a la ONU reconocer a Palestina como estado miembro, un paso que ha sido bloqueado por Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, órgano responsable de aprobar tal medida. Abbas cuestionó esta postura, preguntando: “¿Cómo puede Estados Unidos insistir en privar a nuestro pueblo de este derecho fundamental?”.
El discurso de Abbas tuvo lugar casi un año después de que Hamás realizara un ataque en el sur de Israel el 7 de octubre, matando a 1.200 personas y tomando 251 rehenes. Como respuesta, Israel lanzó una operación militar contra Hamás, que gobierna Gaza desde 2007. Según cifras proporcionadas por Hamás, más de 41.000 personas han muerto durante la guerra entre Israel y Hamás, mientras que Israel afirma que 17.000 de esos muertos eran combatientes.
Abbas, aunque condenó la muerte de civiles inocentes, no mencionó directamente a Hamás en su discurso. En cambio, describió a Israel como el agresor, acusándolo de genocidio y solicitando a la ONU detener la guerra. Durante su intervención, repitió tres veces: “No nos iremos”, subrayando que “Palestina es nuestra patria. Es la tierra de nuestros padres, nuestros abuelos, y seguirá siendo nuestra. Si alguien tuviera que irse, serían los usurpadores ocupantes”.
El presidente palestino acusó a Israel de aprovechar la masacre del 7 de octubre como pretexto para llevar a cabo “una guerra genocida total” contra el pueblo palestino y llamó a la comunidad internacional a dejar de enviar armas a Israel. “Detengan este crimen”, exigió. “Detengan el genocidio. Dejen de enviar armas a Israel. Esta locura no puede continuar. El mundo entero es responsable de lo que está sucediendo”.