El primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohammad Shtayyeh, anunció su dimisión el lunes, destacando la necesidad de formar un consenso amplio en torno a los futuros acuerdos políticos tras el fin de la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás en Gaza.
La medida se produce en medio de la creciente presión de EE. UU. sobre el presidente de la AP, Mahmoud Abbas, para que reorganice la Autoridad, lo que le permitiría asumir un papel más importante en el gobierno de la Gaza de la posguerra.
Los esfuerzos internacionales para terminar con los enfrentamientos en Gaza y establecer una nueva estructura política para el enclave han ganado impulso recientemente. Shtayyeh reveló que había ofrecido su renuncia a Abbas la semana anterior, procediendo ahora a formalizarla por escrito. Aunque Abbas aún debe aceptar formalmente la dimisión, se espera que solicite a Shtayyeh continuar en el cargo de manera interina hasta la designación de un sucesor definitivo.
Mohammad Mustafa, presidente del Fondo Palestino de Inversiones, es el candidato favorito para asumir el cargo de primer ministro. Esta transición sugiere la apertura de los líderes palestinos, apoyados por Occidente, a implementar cambios y reformas necesarias para revitalizar la Autoridad Palestina.
Estados Unidos ha expresado su deseo de que una Autoridad Palestina reformada asuma el gobierno de Gaza tras el conflicto, excluyendo a Hamás del futuro político del enclave. Sin embargo, persisten desafíos significativos para materializar esta visión.
Durante una sesión de gabinete, Shtayyeh, quien ocupa el cargo desde 2019 y tiene un trasfondo académico en economía, resaltó que la nueva fase deberá adaptarse a la situación de Gaza tras casi cinco meses de la guerra desatada por Hamás el 7 de octubre.
Subrayó la importancia de establecer nuevos acuerdos gubernamentales y políticos que reflejen la realidad de Gaza, promuevan la unidad nacional y atiendan la imperiosa necesidad de alcanzar un consenso entre los palestinos, extendiendo la autoridad de la Autoridad Palestina a todo el territorio de Palestina.
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La Autoridad Palestina se creó hace 30 años en virtud de los Acuerdos de Paz provisionales de Oslo. Ejerce un gobierno limitado sobre partes de Judea y Samaria, pero perdió el poder en Gaza tras un sangriento golpe de Hamás en 2007.
Al Fatah, la facción que controla la Autoridad Palestina, con sede en Judea y Samaria, y Hamás han realizado repetidos esfuerzos infructuosos para alcanzar un acuerdo sobre un gobierno de unidad y tienen previsto reunirse en Moscú el miércoles.
Un alto cargo de Hamás declaró que la medida debía ir seguida de un acuerdo más amplio sobre la gobernanza de los palestinos.
“La dimisión del gobierno de Shtayyeh solo tiene sentido si se produce en el contexto de un consenso nacional sobre los acuerdos para la siguiente fase”, declaró Sami Abu Zuhri, alto cargo de Hamás.
Israel ha prometido destruir a Hamás y afirma que, por motivos de seguridad, no aceptará que la Autoridad Palestina gobierne Gaza tras la guerra, que estalló tras un ataque dirigido por Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre en el que los terroristas mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 253 personas de todas las edades que fueron llevadas como rehenes a la Franja.
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Israel respondió al ataque con una campaña militar para derrocar a Hamás del control de Gaza, eliminar al grupo terrorista y liberar a los rehenes, más de la mitad de los cuales siguen cautivos.
La semana pasada, el primer ministro Benjamín Netanyahu presentó al gabinete de seguridad un documento de principios sobre la gestión de Gaza tras la guerra, con el objetivo de instalar “funcionarios locales” no afiliados al terrorismo para administrar los servicios de la Franja en lugar de Hamás.
Netanyahu ha expresado un rechazo más generalizado a permitir que Gaza se convierta en “Fatahstán”, en referencia al partido político dirigido por Abbas.
Shtayyeh ha dicho anteriormente que el objetivo de Israel de erradicar a Hamás de Gaza no puede alcanzarse porque el grupo terrorista existe como una “idea” y muchos de sus principales dirigentes y miembros ni siquiera están en la Franja de Gaza.
Su dimisión se produjo en un momento en que, al parecer, avanzaban los esfuerzos para negociar un alto el fuego temporal y la liberación de los rehenes, mientras Israel se disponía a lanzar una ofensiva terrestre en Rafah, ciudad del sur de Gaza, último reducto militar de Hamás.