El ministro de Defensa, Benny Gantz, se ofreció el domingo a ayudar al Líbano, mientras el vecino de Israel sigue sufriendo una crisis económica que se agrava.
“Como israelí, como judío y como ser humano, me duele el corazón al ver las imágenes de gente pasando hambre en las calles del Líbano”, escribió Gantz en Twitter. “Israel ha ofrecido ayuda al Líbano en el pasado y aún hoy estamos dispuestos a actuar, y a animar a otros países a tender una mano amiga al Líbano para que vuelva a florecer y salga de su estado de crisis”.
Líbano sufre una crisis económica que se agrava, con estallidos de violencia y protestas en ciudades de todo el país mientras los servicios básicos se colapsan. Los cortes de electricidad y la escasez de gas son ya habituales en el país.
Más de la mitad de la población libanesa vive ahora en la pobreza. Según el Banco Mundial, es probable que la crisis financiera de Líbano se sitúe entre las 10 primeras crisis del mundo, e incluso entre las tres primeras, desde mediados del siglo XIX. Un informe del Banco Mundial de principios de junio advertía de que “las condiciones socioeconómicas, cada vez más nefastas, amenazan con provocar fallos nacionales sistémicos con efectos regionales y potencialmente mundiales”.
El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, ha declarado en las últimas semanas que la crisis de la gasolina en Líbano podría solucionarse en pocos días si el país aceptara los envíos de petróleo iraní, que está sometido a sanciones por la legislación internacional.
El líder de Hezbolá declaró que finalmente negociará directamente con el gobierno iraní por su cuenta e importará petróleo iraní a través del puerto de Beirut, si el gobierno libanés no empieza a “asumir su responsabilidad”. Esta medida podría llevar a los petroleros iraníes no muy lejos de las costas de Israel.
No es la primera vez que Israel se ofrece a ayudar a Líbano en tiempos de crisis.
Después de que una enorme explosión devastara Beirut en agosto del año pasado, matando a decenas de personas e hiriendo a miles, el entonces primer ministro Benjamín Netanyahu aprobó la ayuda humanitaria y médica al Líbano e instruyó al Consejo de Seguridad Nacional para que se pusiera en contacto con el entonces enviado de la ONU, Nickolay Mladenov, para averiguar cómo podía ayudar Israel.
Gantz y otros funcionarios israelíes reiteraron también entonces la oferta de ayuda de Israel.
Tanto el presidente libanés, Michel Aoun, como la hija de éste, Claudine Aoun Roukoz, se han mostrado abiertos en el pasado a alguna forma de paz con Israel.
En una entrevista concedida a la cadena de televisión Al-Jadeed en octubre del año pasado, Roukoz declaró que, si se resolvían las disputas fronterizas con Israel y los problemas con los refugiados palestinos, a ella “no le importaría que el Estado libanés hiciera la paz con Israel, después de la demarcación y la garantía de los recursos”.
En agosto del año pasado, en respuesta a una pregunta sobre si Líbano consideraría hacer la paz con Israel, Aoun declaró: “Eso depende. Tenemos problemas con Israel y tenemos que resolverlos primero”. Aoun no especificó qué problemas habría que resolver.
En el último año, Líbano e Israel han llevado a cabo negociaciones con la mediación de Estados Unidos sobre la frontera marítima entre las zonas económicas exclusivas de ambos países.