El partido gobernante de Sudáfrica respalda la Semana del Apartheid de Israel, acusando al Estado Judío de «aumentar los ataques contra los niños palestinos» y «aumentar el racismo israelí contra los africanos».
En un comunicado publicado en Twitter, el Congreso Nacional Africano dice que se unirá al 14° evento anual «como parte de nuestro trabajo continuo y compromiso con el heroico pueblo de Palestina«.
El partido llama a la detención de la violenta joven árabe Ahed Tamimi un «abuso extremo e inaceptable de los derechos del niño, los derechos humanos y el derecho internacional» y dijo que «observamos con gran preocupación el aumento del racismo israelí contra los africanos».
La Semana del Apartheid de Israel es un asalto político bien organizado, en el que las organizaciones anti-Israel realizan actividades en los campus de todo el mundo, con sesiones diseñadas para deslegitimar y demonizar a Israel al retratarlo falsamente como un estado de Apartheid y aplicar un doble rasero de conducta moral.
¿Es Israel un Estado de Apartheid?
Los no judíos de Israel gozan de verdadera libertad, en marcado contraste con el estatus de los judíos, los cristianos y los hindúes en gran parte del mundo musulmán. Y el trato igual que se da en Israel a todos los ciudadanos se puede comprobar visitando el Estado judío y recorriéndolo de punta a cabo. Una visita a cualquier hospital israelí muestra cómo los árabes y los judíos se mezclan libre e igualmente, como pacientes, médicos y administradores.
A quienes no les gusten los hospitales, una visita al centro comercial más cercano les servirá igualmente para comprobar cómo los judíos y los árabes se mezclan libre y fácilmente en condiciones de plena igualdad. De hecho, a menudo es imposible distinguir entre judíos y musulmanes.
Los musulmanes de Israel están representados en todos los ámbitos de la vida: son diputados, ministros del Gobierno, jueces, profesores, médicos, artistas, grandes empresarios, líderes comunitarios. Además, la minoría árabe de Israel recibe educación en árabe en escuelas públicas administradas por árabes según sus propias tradiciones culturales y religiosas. Los árabes israelíes votan a diputados árabes, algunos de los cuales se niegan a reconocer la legitimidad de la nación judía y abogan por la eliminación de Israel como Estado judío. Sin duda, esos derechos no existirían en una nación Apartheid.