Los residentes de una aldea predominantemente cristiana han pedido a la Autoridad Palestina que les brinde protección después de que fueron atacados por un grupo de pistoleros palestinos.
Los residentes de Jifna, al norte de Ramallah, dijeron que el ataque se produjo luego de una disputa entre una mujer de la aldea y el hijo de una figura palestina prominente afiliada a la facción de Fatah de la AP.
La disputa surgió luego de que la mujer presentara una queja a la policía de la AP en la que acusaba al hijo de la personalidad palestina de haberla agredido a ella y a sus hijos mientras conducía su automóvil en la aldea.
Después de que la policía convocó al hombre para interrogarlo, su padre y una veintena de hombres armados llegaron a la aldea y comenzaron a lanzar insultos a los residentes cristianos. Algunos de los hombres armados, dijeron los aldeanos, también dispararon al aire y exigieron que los cristianos pagaran el Jizyah, un impuesto per cápita anual, llamado dhimmi, impuesto a los sujetos no musulmanes que viven bajo el dominio islámico.
De acuerdo con algunos testigos presenciales, los hombres armados que asaltaron Jifna eran activistas de Fatah del campamento de refugiados de Al-Am’ari.
Los aldeanos dijeron que aunque llamaron a la policía, las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina llegaron al lugar tres horas después.
“El pueblo fue testigo de escenas de anarquía e ilegalidad”, dijeron los residentes de Jifna en un comunicado. “Las mujeres y los niños fueron aterrorizados por los disparos, y las casas fueron atacadas con rocas y bombas incendiarias. Los atacantes formaban parte de una mafia ingobernable que carecía de sentido patriótico. Fueron dirigidos por una personalidad influyente del distrito de Ramallah”.
La gobernadora de Ramallah, Leila Ghanem, dijo que rechaza el ataque contra los residentes cristianos de Jifna y prometió que los culpables serían castigados. Ella dijo que todos aquellos que “intentan desestabilizar la seguridad y la paz social serán severamente castigados, de acuerdo con la ley. La paz civil es una línea roja”, advirtió.
Wadie Abunassar, una prominente asesora de líderes de la iglesia en Tierra Santa, expresó su indignación por el incidente en Jifna. “Gracias a Dios no hubo víctimas”, escribió en Facebook. “Los residentes de Jifna, la mayoría de los cuales son cristianos, han expresado su enojo y resentimiento por dos razones principales: primero, el gran ataque llevado a cabo por algunos residentes del campamento de refugiados de Al-Am’ari (cerca de Ramallah) y, segundo, la demora en la llegada de las fuerzas de seguridad palestinas”.
Abunassar dijo que contactó a altos funcionarios palestinos en Ramallah para que intervengan y pongan fin al incidente. Expresó su gratitud al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, y al primer ministro Mohammed Shtayyeh, por sus esfuerzos para “preservar el tejido nacional palestino”.
“Esperamos que todos aprendan que los cristianos son una parte inalienable del pueblo palestino, que no deben ser vulnerables de ninguna manera”, dijo Abunassar. “No se debe permitir que individuos influyentes, independientemente de su identidad religiosa o política, violen la ley y exploten su poder para sus intereses personales”.