En un mitin de campaña en una megaiglesia del oeste del condado de Miami-Dade, el presidente Donald Trump declaró ante una audiencia de miles de personas que el principal general de Irán, Qassem Soleimani, había muerto, y dijo que se había detenido un “importante ataque” contra Estados Unidos.
Trump, en algunos de sus primeros comentarios públicos sobre el mortífero ataque con aviones no tripulados que ordenó contra el mayor general Qassem Soleimani, el principal oficial militar y de inteligencia de Irán, dijo que hizo matar a Soleimani en nombre de la paz.
“Qasem Soleimani ha sido asesinado y su sangriento ataque se ha ido para siempre”, dijo Trump, atrayendo los rugidos de una multitud que él estimó en más de 5.000 personas. “Estaba planeando ataques contra los americanos, pero ahora nos hemos asegurado de que sus atrocidades han sido detenidas para siempre. Se han detenido para siempre. No sé si saben lo que estaba pasando, pero estaba planeando un ataque importante y lo atrapamos”.
Los comentarios de Trump desde el púlpito del West Kendall del Ministerio Internacional El Rey Jesús se produjeron unas 24 horas después de que el jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Soleimani, y otras seis personas murieron a las afueras del aeropuerto internacional de Bagdad por el ataque, ordenado en represalia por un asalto al recinto de la embajada estadounidense en Bagdad y los mortales ataques con cohetes lanzados por las milicias apoyadas por Irán en Irak.
Soleimani era el principal general de Irán. También fue el comandante de la fuerza de élite Quds del país, designada una organización terrorista extranjera este año por el gobierno de Estados Unidos.
“Este ataque tenía como objetivo disuadir los futuros planes de ataque iraníes”, dijo el Pentágono en una declaración el jueves por la noche. El Secretario de Estado Mike Pompeo elaboró el viernes, diciendo en una entrevista de CNN que Soleimani estaba en el proceso de planificar nuevos ataques que ponían en peligro a los civiles y soldados estadounidenses.
Trump ordenó el ataque a Soleimani desde Mar-a-Lago en Palm Beach, donde estaba de vacaciones por las fiestas. El mitin del viernes en Kendall había sido planeado durante semanas.
Trump dijo el viernes, antes de salir de su centro turístico hacia Miami, que había ordenado matar a Soleimani no para iniciar una guerra, sino para prevenirla.
El ataque a Soleimani inflamó una situación ya tensa en el Medio Oriente. Las relaciones entre Estados Unidos, Irán e Irak ya habían estado al límite durante días debido a los mortales ataques con misiles por parte de una milicia apoyada por Irán y a un ataque de represalia de los Estados Unidos con misiles que, según las autoridades iraquíes, violaba su espacio aéreo soberano. Los líderes iraníes prometieron responder.
Los manifestantes en Teherán reaccionaron tomando la calle y quemando banderas estadounidenses. Funcionarios de defensa le dijeron a McClatchy que Estados Unidos está enviando su 82ª brigada de la División Aerotransportada – un total de unos 4.000 soldados – a Kuwait.
“Soleimani estaba tramando un golpe de estado en Irak”, dijo el viernes el senador republicano de Florida, Marco Rubio, en una serie de tuits que comenzaron después de que la muerte de Soleimani fuera confirmada por los EE.UU. “Estaba corrompiendo/amenazando a los políticos, explotando los recursos de Irak y trayendo una gran fuerza militar leal a él, en un esfuerzo por hacer de Irak una plataforma para atacar a los EE.UU. y a nuestros aliados”.
Trump comenzó su discurso el viernes en El Rey Jesús recordando a la multitud que había hecho matar a al-Baghdadi. Y, al igual que durante su discurso el mes pasado ante el Consejo Israelí-Americano, durante el cual se declaró a sí mismo el mayor amigo que Israel ha tenido en la Casa Blanca, dijo que ha sido el presidente que más ha apoyado a los cristianos.
Los cristianos “nunca han tenido un defensor más grande – ni siquiera cercano – que el que Ud. tiene en la Casa Blanca en este momento”. Mire el récord”, dijo. “Hemos hecho cosas que nadie pensó que fueran posibles. No solo estamos defendiendo nuestros derechos constitucionales, sino que también estamos defendiendo la religión misma, que está bajo asedio”.