Casi 500 años después del inicio de la Inquisición portuguesa, se ha descubierto en los Archivos Centrales de Historia del Pueblo Judío de la Biblioteca Nacional de Israel de Jerusalén una rara documentación sobre sus procedimientos y víctimas, que ha sido digitalizada por primera vez.
El manuscrito de 60 páginas, redactado en el siglo XVIII, documenta los primeros 130 años de actividades del tribunal de la Inquisición portuguesa, principalmente en Lisboa. Incluye información detallada sobre los juicios celebrados por los inquisidores contra los cristianos recién convertidos acusados de seguir practicando el judaísmo en secreto.
El documento, escrito en portugués, se conoce como “Memoria de Todos os Autos-da-Fé Que Setem Feito em Lisboa”. Incluye información sobre los autos-da-fé -espectáculos públicos en los que se leían las sentencias de las víctimas de la Inquisición y eran ejecutadas por las autoridades. La mayor parte de la información se refiere a estas ceremonias en Lisboa entre los años 1540 y 1669, con una breve mención a los juicios en Tomar.
El número de víctimas en cada auto-da-fé, las fechas y lugares de los juicios, así como los nombres de los sacerdotes que pronunciaron los sermones, aparecen en el documento.
El manuscrito también contiene el número de personas quemadas en la hoguera. Entre los procesados había “cristianos nuevos” acusados de “judaizar”, aunque no todos los acusados mencionados en el documento eran judíos. Los “cristianos viejos” (acusados que procedían de familias sin antecedentes judíos) también fueron condenados por sodomía, bigamia, posesión de libros prohibidos y sacrilegio.
En 1536, la Iglesia católica inició la Inquisición en Portugal a raíz de la afluencia masiva al país de anusim (judíos que habían sido obligados a convertirse al cristianismo) que huían de la Inquisición española. La Inquisición portuguesa incluía castigos especialmente crueles, a menudo llevados a cabo ante grandes multitudes que se reunían para ver autos-da-fé.
Los juicios cesaron después de unos 250 años, aunque la Inquisición portuguesa no se abolió oficialmente hasta 1821.
A lo largo de los siglos, la mayoría de los judíos que se convirtieron al cristianismo en Portugal abandonaron cualquier signo de sus raíces judías, aunque algunos siguieron manteniendo alguna forma de observancia judía en privado. Por ejemplo, algunos celebraban en secreto el Yom Kippur y la Pascua con retraso para confundir a las autoridades, o encendían velas sabáticas dentro de vasijas de cerámica para ocultar las llamas. A los niños menores de 12 años no se les permitía asistir a estas ceremonias religiosas clandestinas para evitar que revelaran secretos que pudieran traicionar a sus familias.
Según Yochai Ben-Ghedalia, director de los Archivos Centrales de Historia del Pueblo Judío de la Biblioteca Nacional de Israel, “estos descubrimientos arrojan luz sobre las realidades de un complejo capítulo de la historia judía, así como sobre la obsesión de la Inquisición por revelar cualquier forma de desviación, incluidos los rastros de la tradición judía. Esperamos que el documento recién descubierto ayude a los estudiosos a investigar mejor este fascinante y difícil período de la historia”.